Tania Ávila: “El Sínodo es un tejido inmenso, hay que continuar tejiéndolo, no dejarlo como algo a medias y sin forma”

25 de Octubre de 2019

[Por: Luis Miguel Modino | Religión Digital]




Uno de los propósitos de este Sínodo para la Amazonía ha sido descubrir nuevos caminos para una ecología integral, lo que supone una búsqueda de un quehacer misionero que tenga como propósito la defensa de la Casa Común. Esa misión en defensa de la Casa Común debe convertirse en una dinámica presente en la vida de la Iglesia, algo a ser asumido de forma natural por todos los bautizados.

 

No podemos olvidar, como reconoce Tania Ávila, que “lo que nos une a todos los pueblos es el cuidado de la vida, porque si no cuidamos de la vida no hay nada más”. Sólo encontrando “lo que realmente somos y quiénes somos”, afirma la teóloga boliviana, “encontramos aquello que nos une y podemos ver las diferencias”. Somos desafiados a entrar dentro de nosotros mismos “cuando yo encuentro aquello que da vida a mí misma, y aquello que no me da vida, voy a poder encontrarme con la otra persona sin juzgarla, porque también encuentro eso en mí”, según Tania, para quien la falta de prejuicios hace posible “escuchar, pero escuchar con todo mi ser, y al escuchar a la otra persona, comienzo a entrar en un proceso de diálogo”.

 

Eso nos introduce en la dinámica del Sínodo para la Amazonía, pues en ese sentido, “la escucha es una palabra clave que podría definir este Sínodo, la necesidad de escucharse y la posibilidad que se ha dado para escuchar”, destaca Tania Ávila. Junto con eso, le ha impresionado “la capacidad que tiene el Papa Francisco de invitarnos a decir lo que pensamos y decirlo sin miedo”. Eso ha provocado que la asamblea sinodal haya sido vista por la teóloga como “un espacio de confianza para decir las cosas, lo que no significa que todos vayan a escuchar lo mismo, lo que tampoco es malo, es el proceso natural de la comunicación, cada uno va a interpretar algo diferente”.

 

Un ejercicio importante, según Tania Ávila, es "fijarse en lo que es diferente en mí”, lo que “me lleva a reconocer cuantas relaciones asimétricas yo genero”. Eso hace posible “sanar mi relación conmigo misma, lo que me permite sanar la relación con la otra persona, que representa otra cultura”. El objetivo final, en su opinión, es “ir caminando hacia una simetría de relaciones, que es un proceso muy largo y un proceso personal”. Ella reconoce que a “los pueblos indígenas nos toca trabajar nuestra autoestima cultural, por ejemplo, no podemos buscar que el otro nos reconozca, nosotros necesitamos reconocernos, ensanchar nuestra dignidad, porque eso nos va a ayudar a poder dialogar con la otra persona, con la otra cultura, porque un complejo de superioridad sigue siendo una falta de encuentro consigo mismo”.

 

Eso reclama la necesidad de un diálogo al interior de las culturas, “una descolonización interna que va a ayudarnos a descolonizar nuestras relaciones”. Una vez llevada a cabo esa descolonización de las relaciones, “podemos reconocer que nuestro territorio no es sólo mío, es nuestro territorio, que si yo no cuido, no cuido el territorio del otro, este cosmos, esta pacha se va”, enfatiza Tania Ávila. Somos llamados “a reconocer que mi conocimiento simbólico, aparentemente sencillo, es tan valioso como el conocimiento de la otra cultura. Toda cultura tiene su nivel de complejidad, y precisamente en lo complejo, en lo misterioso, está aquella capacidad que tenemos de crear la vida”.

 

La teóloga boliviana compara el Sínodo con la elaboración de tejido, en el que destaca “la capacidad de convocar colores y texturas diferentes, y que se respete esa diferencia mientras estamos en el Sínodo, algo que se ha hecho visible entre los padres sinodales, los laicos, las mujeres, los indígenas, el respeto a esa diferencia, que no es una homogenización, sino que se va mostrando que hay una variedad y una diversidad”.

 

Al mismo tiempo, ella destaca otro momento que ha tenido lugar en estos días en que se celebraba la asamblea sinodal, que fue el encuentro del Papa Francisco con los pueblos indígenas, percibido por ellos como un gesto de profundo contenido simbólico por parte del obispo de Roma. En ese encuentro, Tania destaca que “él nos dijo que evangelizar es compartir mi alegría”. Por eso, afirma que “a este Sínodo cada uno ha traído lo que tiene, lo que es, pero lo que se vaya a recoger ya es responsabilidad de cada persona”. Como muchas otras voces han señalado también, la teóloga insiste en que “el Sínodo es un proceso, no es un tejido acabado, y no tiene por qué serlo, porque llevamos mucho tiempo y hemos dado avances de colores y de texturas, hemos comenzado el diálogo, pero éste es un tejido inmenso, con muchas semillas y colores, y toca aprender a tejerlo, y depende de todos el tejer, hay que continuar tejiéndolo, no dejarlo como algo a medias y sin forma”.

 

 

Tomado de: https://www.religiondigital.org/luis_miguel_modino-_misionero_en_brasil/Tania-Avila-Sinodo-continuar-tejiendolo_7_2170952888.html 

 

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