Mirándonos en el espejo

21 de Octubre de 2018

[Por: Sofía Chipana Quispe]




Los espejos te reflejan y reflejan la realidad aunque no nos guste.

Eduardo Galeano  

 

Esta vez, me acompaña la imagen del espejo, en el encuentro con las realidades por las que atravesamos y las que atraviesan nuestros cuerpos. Hay tanto en común, pero estos días de manera específica, he visto el reflejo del anhelo por la democracia vista desde un prisma que presenta diversas tonalidades, pues cada uno/a con seguridad le agrega sus propios sentidos y significados, cuando enuncia la palabra democracia. 

 

Y con seguridad, la democracia tiene que ver con experiencias vividas. Estos días por las calles transitadas de La Paz, Bolivia, donde todos los días hay algo nuevo para narrar y se queda resonando en el corazón. Pero el 10 de octubre de manera significativa se conmemoró 36 años del restablecimiento de la democracia en Bolivia, después de haber pasado por un largo período de dictaduras militares comandados por fuerzas que operaban desde un plan estratégico, denominado “cóndor”. Por lo tanto, en toda Bolivia hubo movilizaciones no sólo conmemorar, sino para pedir o como algunos dicen “defender” la democracia. 

 

De la experiencia de estar atravesando por diversas calles porque se cortó la circulación del transporte por las marchas que llegaban de diversos territorios, me encontré con tres experiencias: 

 

La primera fue con la gran multitud de mujeres y hombres que se desplazaban de El Alto a La Paz, era una gran Amaru (serpiente) humana que se desplazaba serpenteando por una de las avenidas que conecta las dos ciudades, la que tuvo su punto de concentración donde había un gran escenario montado desde el gobierno central, donde la consigna era la re postulación de Evo Morales,  a fin de mantener la democracia que se fue gestionando en sus tres mandatos. Sin duda que ha sido un proceso significativo, ya que se buscó abrir el espacio a esa otra “Bolivia” que el proceso republicano había excluido al establecerse como nación. Por ello las personas que salieron para reivindicar ese proceso representan a esa población que fueron consideradas como diría Eduardo Galeano, los/as nadies. Pero esta experiencia, está igual muy mediada por intereses de un sector que ha encontrado el “poder” en el partido del actual gobierno y busca a toda costa busca presentarse vinculado a los pueblos indígenas, a las mujeres, o a los sectores empobrecidos. 

 

Por otra parte, vi flamear una banderita blanca con el logo 21F, que es la población y todos los sectores de la oposición política partidista, que tienen como consigna, que se respete la decisión del referéndum el 21 de febrero del año 2016 en la que se rechazó la re postulación del actual presidente. La población realmente era muy diferente a la otra, gente que se denomina de clase media, y alguno que otro movimiento de juntas de vecinos/as, pero se notaba la presencia de representantes de los partidos de oposición, algunos de ellos, sin duda muy vinculados a lo que fue la primera dictadura, que ahora demandan la reposición de la democracia del dictador Evo Morales. 

 

Finalmente, un grupo más pequeño instalado en las carpas que hace seis años, se instalaron frente al Ministerio de Justicia, pidiendo la apertura a los casos del tiempo de la dictadura que va de los años 71 al 82, que no se dio curso. Se trata de familias de desaparecidos/as, de torturados/as, de afectadas/os. Que habían ubicado simbólicamente muchas cruces blancas, y otros símbolos que los acompañan en su larga travesía. Grupo minoritario que hacía eco a lo que realmente suponía la restauración de un tiempo de democracia, pues vivieron en sus cuerpos la experiencia de la dictadura y cuando se lo rememora duele, sabe a ausencia, a injusticia y hasta olvido. 

 

Pues así la democracia, adquiere muchos matices y en nuestra gran Abya Yala, se diversifica en aquello que puede posibilitar democracia y lo que no, como vemos cuando las poblaciones participan de los comisiones electorales, y en estos tiempo va creciendo una tendencia a asociar democracia con resguardo de seguridades en todos los sentidos, como diría Eduardo Galeano alguna vez, “no hay que confundir la sombra con el hueso; la democracia puede ser solamente una ficción que enmascare la dictadura económica”. 

 

Por haber seguido el proceso electoral de Brasil el domingo, he sentido mucho como lo que se llama la democracia se encamina, que llega a veces no sólo a debates álgidos, sino a la violencia. Pues la noticia de la muerte del maestro Moa do Katendé (Romualdo Rosario da Costa), en manos de un votante de Jair Bolsonaro, reflejó esa polaridad que se genera en las poblaciones tan desiguales que las supuestas democracias fueron construyendo en nuestros territorios, aunque el Brasil es mucho más que la violencia, como lo presentó el gran maestro Moa. 

 

Este tiempo, realmente trae unos desafíos profundos, donde todo se tiene que poner bajo la lupa de la “sospecha”; pero también asumiendo que hay una serie de aprendizajes que están tan bien aprendidos que genera muros infranqueables que bloquean otros modos de encaminar lo que tenemos ya construido y que las deconstrucciones de las estructuras coloniales aún, están tan sostenidas a través del discurso segregacionista que las han sostenido, no sólo en las poblaciones que se beneficiaron por esa estructura, sino también por aquellas que fueron excluidas y oprimidas. 

 

Mientras sigo caminando por las calles, me vinculo a unas mujeres alfareras, y lo primero que veo de su arte y su creación es un pequeño cuenco que sirve para sahumar, y lo tengo en mis manos con toda la intención de seguir sahumando la vida, de equilibrar las fuerzas de la vida, es decir sanarlas, armonizarlas. Pues al tener en mis manos el pequeño cuenco, viene nuevamente a mi corazón la imagen del sabio Huamán Poma de Ayala, en la que ofrece un cuenco de oro al conquistador, y le pregunta, “¿este oro comes?” al que la respuesta es, “ese oro como”. Pues para algunos pueblos andinos el oro pervierte al ser humano, lo hace en una no persona, porque lo conecta con las fuerzas que desequilibran la vida, ahora sería oportuno preguntarnos, ¿de qué modo el oro, la ambición nos habita? 

 

Desde el humito de los inciensos, los copales, los palos santos, sigamos posibilitando que el cosmos conspire en favor de la vida, ya que a veces los derroteros buscan anidar desde los sinsentidos, desde las violencias, desde el vacío que genera las realidades tan grandes que nos muestran, pequeñas y vulnerables. Pero seguimos caminando con la convicción y el deseo de seguir creciendo cada día y lograr una vida plena, que busca extenderse.  

 

Descanse maestro Moa do Katendé, la fuerza capoeira seguirá atravesando fronteras, habitando los cuerpos de niños/as, jóvenes, mujeres. Y las raíces de sus ancestras/os africanas que tan cuidadosamente ha cuidado, seguirán brotando por sus territorios amados.

 

Paz. 

 

Imagen: https://mundooculto.es/2016/10/la-historia-del-espejo-embrujado-de/ 

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