La fuerza de la violencia

10 de Enero de 2018

[Por: Pablo Richard]




Nos dice el economista Franz Hinkelammert:

 

“La exclusión de la población, la subversión de las relaciones sociales y la destrucción de la naturaleza, todo esto no es producto de una maldad, sino de una racionalidad perversa. Un malvado es capaz de matar a mil personas, pero termina fastidiado, y muchas veces se suicida. Pero alguien que opera con una razón instrumental, mata a millones y no tiene problemas. Tiene capacidad infinita de matar. Es la racionalidad de nuestra sociedad la que produce las irracionalidades” (Teologia profana y pensamiento crítico, CLACSO, 2012, p. 146).  

 

Las fuerzas espirituales de la maldad

 

“Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. Revístanse con toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo. Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino  contra principados, contra potestades, contra los poderes de  este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales perversas en las regiones invisibles. Por tanto, tomen toda la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes, ceñida su cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, y calzados los pies preparados para anunciar el evangelio de la paz. Sobre todo, tomen el escudo de la fe con el que podrán apagar todos los dardos encendidos del maligno. Tomen también el casco de la salvación, y la espada del espíritu que es la palabra de Dios” (Carta de Pablo a los Efesios 6, 10-17).

 

Pablo en esta carta distingue en la violencia tres dimensiones: [1] “La sangre y la carne”, que serían los sujetos concretos directamente responsables de la violencia. [2] “Los principados, potestades, los poderes de  este mundo”, que serían las estructuras que organizan y multiplican la violencia. [3] “Las fuerzas espirituales perversas”, que legitiman a los sujetos y a las estructuras de la violencia. Estas fuerzas están ocultas, no son invisibles. 

 

Esto significa que la lucha contra la violencia y la iniquidad no es tanto contra los sujetos y las estructuras de la violencia, sino contra las fuerzas espirituales, trascendentes, sobrenaturales de la violencia y la iniquidad. Lo que se llamaremos la “razón instrumental” que hace posible la violencia.

 

Una fuerza es el fetichismo del dinero, del mercado y de la economía en general. El fetichismo o idolatría nace cuando las cosas se transforman en dios, y dios se transforma cosa. Cuando Dios muere y se transforma en dinero. El fetichismo del dinero y del mercado es lo que domina al ser humano, y  determina cómo y qué se puede comprar o vender. El fetichismo del dinero tiene capacidad infinita de matar, cuando es la racionalidad absoluta del crimen. 

 

Otro dios muy peligroso es el neoliberalismo. La Iglesia mucho tiempo pensó que satanás era el “comunismo”, hasta que se convenció que satanás es el neoliberalismo, transformado en un dios todopoderoso. 

 

El neoliberalismo tiene como un absoluto el dinero. Lo que distingue a las personas es la suma de dinero que dispone cada uno. Se mide  el éxito de una empresa o de un empresario por el dinero que maneja. Para acumular dinero, todo es legítimo: necesidad de pagar sueldos bajos, y no darle mucha importancia al cuidado de la naturaleza. El dinero esta sobre todo: esta sobre la ley y la propiedad. El dinero es más importante que la vida de los pobres y de la naturaleza. El dinero incluso está sobre los “Derechos Humanos”. Un presidente de los Estados Unidos dijo: “perdimos la guerra de Vietnam por respetar demasiado los Derechos Humanos”. También un empresario fracasa si paga salarios altos y cuida demasiado a la naturaleza.  

 

Lo que interesa al neoliberalismo no es la humanización, sino la comercialización y la ganancia. También considera la naturaleza (agua, tierra, vida natural) y la misma vida humana como capital negociable.

 

Resumiendo: el fetichismo del dinero, del mercado y del capital, y esos poderes espirituales y trascendentes de la maldad, es lo que permite matar a millones sin problemas, y que tiene capacidad infinita de matar. Diferente es un malvado o una estructura perversa, que tiene un poder muy limitado de matar, pues matando se destruye a sí mismo. 

 

 

Imagen: http://blog.cristianismeijusticia.net/wp-content/uploads//dios-dinero.jpg 

 

Procesar Pago
Compartir

debugger
0
0

CONTACTO

©2017 Amerindia - Todos los derechos reservados.