Mi nombre es Pedro Basilio Guerrero, soy de la cooperativa Gregorio Blandino, tengo 59 años, me integré de 12 años a organizar los campesinos en el tiempo de Somoza, en el año 1972, nosotros les anunciamos sobre la tierra prometida, unos textos de la biblia que salen en el antiguo testamento sobre la historia de Israel. Tenemos ya más de 30 años donde vivimos en comunidad, creemos que Dios está con nosotros y va a continuar con nosotros, mientras esto se mantenga unido, porque Dios es unidad, Dios es sabiduría y con en el nombre de él, tomando en cuenta el antiguo testamento llegamos a este lugar.
2. Mezclar tejidos, entramar textos
Gabriel Mestre, Obispo de Mar del Plata, afirma que la vida sin la Biblia, sin la palabra de nuestro Dios pierde su rumbo, pierde su horizonte; y la Biblia sin la vida es letra muerta, es algo realmente pesado. ‘No conectar Biblia con vida es no haber entendido nada de los que la Sagrada Escritura es para el Pueblo’, Biblia y vida, escritura y pueblo necesariamente van de la mano nunca pueden separarse.
3. Del fuego a la palabra, del cuento al texto
“La gente de la llanura escucha las historias de quienes viven lejos.
Ellos escuchan esas historias, y las vuelven a contar
y también las historias de su propio territorio.
El sol calienta un poco y yo puedo sentarme al sol,
sentarme a escuchar las historias que vienen de allí,
historias que vienen de lejos.
Porque una historia es como el viento:
viene de un lugar lejano, y la sentimos”.
Kabbo, |xam - Bosquimano
En el año 1870 se dio inició a la construcción del nuevo malecón que habría de servir como protección del puerto central de la Cuidad del Cabo, en Sudáfrica. El mismo, fue construido por presos condenados a trabajos forzados que llegaban a la ciudad de diversas regiones del interior de la colonia británica. Por esos años, un alemán de nombre Wilhem Bleck estaba a cargo de la biblioteca central de la ciudad; para entonces llevaba una década y media viviendo en la región, toda ella bajo control del imperio inglés.
Filólogo de profesión, Bleck llegó al sur del continente de la mano de un anglicano conocido quien le ofreció trabajar junto a él en las misiones zulúes de Natal –al este de Colonia del Cabo- donde había sido recientemente nombrado como obispo. El desafío era construir una gramática de la lengua zulú, mayoritaria entre los pueblos bantúes del sur del continente que le permitiera profundizar la misión. En las investigaciones de campo que realizó en forma pionera para llevar adelante su labor, escuchó hablar con mucho interés de los /xam, pueblo nómade de las montañas del desierto, quien por ese tiempo estaba siendo exterminado por los boérs tras largas lucha de ocupación. Estos granjeros blancos que habían llegados de Holanda a mediados del siglo XVII estaban en conflicto con el imperio británico y por esos años se habían desplazado al interior de las montañas para mejorar su economía de pastoreo y para crear condiciones de autonomía. Bajo el pretexto del robo de ganado, habían desatado una larga guerra contra estos viejos enemigos a quienes llamaban despectivamente hombres de los bosques, o dicho en su idioma afrikáners, ‘bosquimanos’. En muy pocos años los más antiguos pobladores de la zona, quedarían completamente diezmados.
Enterado de que entre los trabajadores de las nuevas obras del puerto había un grupo de 28 /xam presos, Bleck comprendió que quizás esta era su última oportunidad para completar su deseo de rescatar la lengua de este sufrido pueblo. ¡Era un milagro saberlos vivos! ¡Estar privados de libertad los había salvado del exterminio! Como honrado lingüista, era consciente de la riqueza que se perdería si de esa cultura de tradición oral, no quedaba nada por escrito. Aprovechando su reconocimiento en el campo del trabajo con nativos y también como responsable de la biblioteca más importante de la ciudad, explicó su objetivo a las autoridades y pidió que parte de esos hombres –en lo posible aquellos mayores en edad- fueran trasladados a su hogar para realizar servicios domésticos, bajo su total responsabilidad. Entre los 9 seleccionados, iría Kábbo, de 60 años de edad, un verdadero sabio quien sería rápidamente bautizado por Bleck como ‘mi gran maestro’.
La seguridad contratada para custodiar a los ‘reos’, por pura formalidad con las autoridades locales, duró apenas unas semanas, lo suficiente como para sentir de ambas partes, que con buena fe en el medio, tal control era innecesario.
Así, lo que comenzó con el objetivo de conocer y rescatar una lengua al borde de su extinción, se transformó en el deslumbramiento con las raíces de un pueblo con una tradición oral bella y profunda. Cuatros años se pasó Bleck y su familia conociendo las historias de este puñado de hombres de otro tiempo que entendieron el propósito del encuentro y se animaron a compartir la visión y el sentido de su propia existencia. Escuchando y observando, el lingüista percibió rápidamente que las distancias que separaban a los /xam de su propia cultura se acercaba al extremo al momento de hablar de las preguntas de la vida más trascendentales como el sentido de vivir, el problema del dolor o el significado de morir. Más todavía, por debajo de estos y como sosteniendo todo Bleck pudo comprender que en cada historia contada, este pueblo sobrevivía.
En el fondo, lo mismo le pasaba a Bleck, quien por esos años atravesaba una enfermedad que lo consumía. El también deseaba contar su última historia.
El proyecto fue interrumpido en 1873 tras su muerte, y terminado por su cuñada Lucy Lloyd algunos años más tarde. De la mano de Káabo, quien regresaría finalmente a su tierra, terminó de estructurar la obra con más de 400 cuentos, fabulas, mitos, historias y leyendas. Especímenes de folclore bosquimano, sería publicado finalmente en el año 1911 y marcaría un hito en la memoria escrita del pueblo /xam - bosquimano.
150 años han pasado de aquel primer intento de ordenar y escribir sobre la grandeza de sus memorias orales. Todavía hoy los /xam siguen de pie, a pesar de tantos intentos de exterminio.
Por estudios de traza genética recientes se sabe que ellos son el pueblo vivo más antiguo que aun hoy pisa la faz de la tierra. Los /xam bosquimanos, son aquellos que bajaron de Tanzania en dirección al desierto del Kalahari poblando casi toda la parte sur del continente africano. Hace 100 mil años, aproximadamente. Se estima que su modo de vida actual puede remontarse de manera intacta hasta los 12 mil años. Su tradición oral, es quizás la más antigua de la historia.
Los /xam, hoy son los mismos años que tienen. Los censos del 2020 hablan de una población total de cien mil, repartida en sobre todo en los países de Sudáfrica, Botsuana y Namibia. Sin embargo, solo un puñado de ellos siguen viviendo en el mismo modo cazador-recolector de sus ancestros. Y de igual modo que Káboo con Bleck, siguen resistiendo mientras cuentan sus historias a todo quien desee escucharlas:
- Cuando alguien dice, 'Ustedes los bosquimanos no tienen gobierno', nosotros les decimos que nuestros más lejanos antepasados de hace mucho tiempo tenían un gobierno y era un carbón reluciente del fuego del lugar en que habíamos estado viviendo y lo usábamos para encender el fuego del nuevo lugar al que íbamos. Así que yo digo: No nos quieran detener, queremos seguir avanzando, tenemos nuestro propio discurso (Di//cao, Oma, mujer bosquimana de Nyae Nyae-Namibia, en dialogo con Survival, Internacional)
Alguna vez, Wilhem Bleck escucho decir a su padre, teólogo anglicano, que ningún ser humano era mejor que otro y todo pueblo tenía algo importante que decir. Que el gran desafío era aprender a escucharlo. Quizás por eso, aunque al comienzo también quiso ser teólogo como él, terminó estudiando para filólogo y lingüista.
Sin embargo, la vida también lo llevaría a hacer teología tratando de pasar por escrito la historia de un pueblo, que sería para los demás, una Buena Noticia. Digna de atravesar el espacio y de permanecer en el tiempo.
Digna de ser proclamada. Y digna de ser oída.Igual que el ‘derecho a vivir en paz’ de los /xam.
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Relatar es algo tan viejo como el mundo, desde siempre el ser humano cuenta y se cuenta. Las intenciones son innumerables: instruir, comunicar, consolar, testimoniar, distraer (…) El relato sucede al relato, y la magia del cuento renace en cada ocasión.
También los creyentes desde la noche de los tiempos relatan, Israel vivió de decirse y volverse a decir la historia tejida entre Dios y los suyos, y entre los primeros cristianos tan pronto como pasó el deslumbramiento de Pascua, las lenguas se soltaron. Desde entonces, los relatos bíblicos han sido transmitidos de generación en generación; Alimentando la fe e inflamando la imaginación. La Biblia es uno de los más fabulosos tesoros de historias, que le han sido dado leer a la humanidad.
Ahora bien, hay dos tipos de lectores: el primer lector, se deja llevar por el relato. El segundo lector, quisiera saber cómo hace el autor para arrebatarle con el relato. pues no se relata de cualquier manera, los relatos bíblicos largamente elaborados en su etapa oral y pacientemente redactados por autores piadosos obedecen a sutiles reglas de composición. ¿Cómo están construidos? ¿qué efecto quisiera producir los narradores? ¿cómo orientan la atención del lector? ¿qué señales puestas en el texto mismo guían al lector en la comprensión de la historia?
“Como leer los relatos bíblicos iniciación al análisis narrativo”
Daniel Marguerat e Yván Bourquin
Y a vos… ¿qué historia te mantiene de pie?
¿Cuál es el eu-angelo de tu pueblo que hoy nos podría contar?
Equipo coordinador Bendita Mezcla
Pd1: en adjunto audio con narración neobíblica de Rodrigo Alfonzo Benítez, estudiante de Bendita Mezcla 2020, de San Pedro del Ycuamandyyú Paraguay, Miembro de Comunidad Eclesial de Base “Inmaculada Concepción de María”, revisando Genesis 1.
Pd2: en pdf, narración neobíblica de Jeannette Curinao Alcavil, desde el sur de Chile, educadora en la escuelita.
Pd3: en la imagen, Pedro Basilio, narrador del Éxodo del pueblo Nicaragüense en la liberación frente al Faraón Sandino.
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