19 de Mayo de 2016
[Por: Ilka Oliva Corado]
“Debimos haberla matado, se habrán repetido cientos de veces sus torturadores cuando la vieron convertirse en la primera mujer presidenta de Brasil. O hubieran querido que también como a Evita, el cáncer la desapareciera (momentáneamente, porque es inmortal) del escenario político. Hay un antes y un después de Dilma en Brasil y en América Latina. Una mujer presidente venciendo al patriarcado. A la inequidad de género. Una mujer que desde el gobierno ha creado políticas de inclusión de género. Políticas sociales que han beneficiado a millones de parias que la oligarquía solo puede ver como peones y a los que ha explotado durante siglos y quiere seguir explotando (…)”.
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[Por: Ilka Oliva Corado]
“Debimos haberla matado, se habrán repetido cientos de veces sus torturadores cuando la vieron convertirse en la primera mujer presidenta de Brasil. O hubieran querido que también como a Evita, el cáncer la desapareciera (momentáneamente, porque es inmortal) del escenario político. Hay un antes y un después de Dilma en Brasil y en América Latina. Una mujer presidente venciendo al patriarcado. A la inequidad de género. Una mujer que desde el gobierno ha creado políticas de inclusión de género. Políticas sociales que han beneficiado a millones de parias que la oligarquía solo puede ver como peones y a los que ha explotado durante siglos y quiere seguir explotando (…)”.
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