28 de Abril de 2016
[Por: Eduardo de la Serna]
“Nacido, criado y ‘vivido’ en una familia acomodada, más allá de los momentos más o menos ‘cómodos’ de mi familia, todo el ambiente familiar y social, escuelas y club en el que me iba moviendo me fueron llevando a mirar, pensar y entender todo desde ese ambiente. Creo que no sería posible que fuera de otro modo, salvo que – algo que agradezco siempre a mis padres – desde chicos aprendimos a tener una mirada crítica. Cuando empecé a colaborar en la villa 31 con Carlos Mugica, empecé a mirar con otra mirada. Sin saberlo, y sin poder decir ‘Fulana’ o ‘Mengano’, los pobres me enseñaron a mirar con otra mirada. Con otros ojos. Y, para peor, terminaba la dictadura y empezaba el tiempo democrático sin prescripciones de 1973. También la política la veía con nuevos ojos… Y esos ojos aprendieron a mirar de otra manera que no he abandonado ni pretendo abandonar (…)”.
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[Por: Eduardo de la Serna]
“Nacido, criado y ‘vivido’ en una familia acomodada, más allá de los momentos más o menos ‘cómodos’ de mi familia, todo el ambiente familiar y social, escuelas y club en el que me iba moviendo me fueron llevando a mirar, pensar y entender todo desde ese ambiente. Creo que no sería posible que fuera de otro modo, salvo que – algo que agradezco siempre a mis padres – desde chicos aprendimos a tener una mirada crítica. Cuando empecé a colaborar en la villa 31 con Carlos Mugica, empecé a mirar con otra mirada. Sin saberlo, y sin poder decir ‘Fulana’ o ‘Mengano’, los pobres me enseñaron a mirar con otra mirada. Con otros ojos. Y, para peor, terminaba la dictadura y empezaba el tiempo democrático sin prescripciones de 1973. También la política la veía con nuevos ojos… Y esos ojos aprendieron a mirar de otra manera que no he abandonado ni pretendo abandonar (…)”.
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