08 de Julio de 2015
(Vicenç Navarro) Durante estos años hemos visto el acto de mayor agresión que haya sufrido un país europeo desde la II Guerra Mundial. Una guerra ha estado ocurriendo, con miles de muertos, con muchos daños y sufrimientos y una gran destrucción de propiedad pública y privada (alcanzando un valor equivalente a un cuarto de su riqueza total), dejando al país –Grecia- en una enorme ruina y miseria. Y esta última semana vimos lo que fue diseñado por los agresores como la semana final, donde se vería la derrota definitiva de aquellos que se levantaron para resistir tanta agresión. Esta hostilidad bélica ha sido en contra de las clases populares de Grecia, realizada por las clases pudientes de aquel país y por las élites gobernantes de la Unión Europea y su mayor instrumento de presión, el Banco Central Europeo (BCE), con la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), instrumentos tan destructores de vidas y propiedades como las bombas de destrucción masiva de carácter militar. Durante la batalla final, que iba a culminar con su victoria, el Banco Central Europeo asfixió a tales clases populares, no permitiéndoles el acceso a su propia propiedad y a fondos con los que sobrevivir en el periodo clave de la batalla, que tomaba lugar esa semana.
(Vicenç Navarro) Durante estos años hemos visto el acto de mayor agresión que haya sufrido un país europeo desde la II Guerra Mundial. Una guerra ha estado ocurriendo, con miles de muertos, con muchos daños y sufrimientos y una gran destrucción de propiedad pública y privada (alcanzando un valor equivalente a un cuarto de su riqueza total), dejando al país –Grecia- en una enorme ruina y miseria. Y esta última semana vimos lo que fue diseñado por los agresores como la semana final, donde se vería la derrota definitiva de aquellos que se levantaron para resistir tanta agresión. Esta hostilidad bélica ha sido en contra de las clases populares de Grecia, realizada por las clases pudientes de aquel país y por las élites gobernantes de la Unión Europea y su mayor instrumento de presión, el Banco Central Europeo (BCE), con la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), instrumentos tan destructores de vidas y propiedades como las bombas de destrucción masiva de carácter militar. Durante la batalla final, que iba a culminar con su victoria, el Banco Central Europeo asfixió a tales clases populares, no permitiéndoles el acceso a su propia propiedad y a fondos con los que sobrevivir en el periodo clave de la batalla, que tomaba lugar esa semana.
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