03 de Junio de 2015
En noviembre llega a Roma la causa de beatificación del sacerdote asesinado tres años antes que el nuevo beato. Del beato Romero a Rutilio Grande sin solución de continuidad. Dos días después de la ceremonia en la plaza Salvador del Mundo, cuando todavía no se han desmontado las pantallas gigantes en las calles céntricas de San Salvador y una legión de periodistas e invitados peregrina a los lugares romerianos, Rafael Urrutia está en su pequeña oficina del arzobispado, a pocos metros del seminario San José de la Montaña.
En noviembre llega a Roma la causa de beatificación del sacerdote asesinado tres años antes que el nuevo beato. Del beato Romero a Rutilio Grande sin solución de continuidad. Dos días después de la ceremonia en la plaza Salvador del Mundo, cuando todavía no se han desmontado las pantallas gigantes en las calles céntricas de San Salvador y una legión de periodistas e invitados peregrina a los lugares romerianos, Rafael Urrutia está en su pequeña oficina del arzobispado, a pocos metros del seminario San José de la Montaña.
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