[Por: Rosario Hermano y María Elena Bicera]

A sus 66 años, Juan Guillermo Meléndez Umaña, historiador de la Iglesia de América Central, mantenía el vigor y el entusiasmo por “otra Iglesia posible”, comprometida con los más pobres y cercana a las realidades del pueblo centroamericano. 

Como historiador, investigador, traductor y editor, Guillermo participó en la consolidación del centro de publicaciones del Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), en Costa Rica, y fue un referente para los estudios sobre la historia de la Iglesia en América Central.

Desde muy joven estuvo atento a los clamores de los pueblos centroamericanos por donde peregrinó, primero como religioso, después como laico, actuando como articulador, investigador, docente, acompañando luchas populares, sosteniendo, y haciéndo eco de los sueños de tantos hombres y mujeres.

Sus trabajos de investigación histórica reflejan sus búsquedas y utopías. Publicó varias obras colectivas con el DEI, con la Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia Latinoamericana (CEHILA) y también con el Observatorio Eclesial de Amerindia.

En los últimos años fue coordinador y articulador de Amerindia Costa Rica, y luego de Centroamérica, a nivel regional. En encuentros, asambleas, talleres y reuniones, construyó auténticos puentes de amistad y hermandad, con sencillez y serenidad, con audacia y radicalidad, con un compromiso siempre evangélico que seguirá inspirando a quienes, como él, caminan en el espíritu de una fe que libera. 

Muchos y muchas lo recordamos en su partida, por medio de testimonios y escritos que le hicimos llegar a Patricia, su esposa, y a sus hijas. Algunos de estos testimonios describen varias de sus múltiples facetas como cristiano comprometido:

En CEHILA fuiste siempre la principal referencia para Centroamérica, con estudios claves sobre la Iglesia en esta región y tu capacidad de jalar a otras personas para la labor de investigación y cooperación. Te agradecemos por tu entrega siempre generosa hecha con humildad y espíritu solidario.

Ayudó a enfrentar personas que impedían el avance de la Iglesia en el espíritu de Medellín. Guillermo fue la persona más constante y solidaria de CEHILA en Centroamérica y responsable por fin de la publicación en el DEI de la síntesis de la Historia de la Iglesia en castellano. Guillermo, muchas veces silencioso, estaba allí siempre para apoyar las tareas y realizarlas con un espíritu de solidaridad permanente. Tengo conciencia que eso no hubiera sido posible sin el apoyo de su familia a la que ahora todos les agradecemos su generosidad, porque debieron compartir muchas horas de la vida de Guillermo entregada a esas responsabilidades, fruto de una vocación, no de un oficio.

Otro de los mensaje recibidos expresa que “Guillermo fue fiel, amó y sirvió a ‘los más pequeños’ y le pedimos, desde ya, que siga acompañándonos desde su nuevo lugar en el Reino”. 

Su testimonio es un signo visible de que esa otra Iglesia sí es posible.