POBRES Y POBREZA EN EVANGELII GAUDIUM Víctor Codina sj

11 de Abril de 2014

 
1.Gestos simbólicos.
 El nuevo Papa Francisco, antes de pronunciar muchos discursos y de escribir encíclicas ha ido realizado una serie de gestos simbólicos de gran carga significativa que han sido fácilmente captados por todo el mundo y  ampliamente difundidos por  los MCS. 
Estos gestos han ido cambiando el ambiente eclesial dominante hasta ahora: besar a un niño discapacitado y abrazar a un hombre con la cara totalmente deformada, lavar los pies a una joven musulmana, comer en Asís con niños con síndrome de Down, ir a la isla de Lampedusa en su primer viaje fuera de Roma, y lanzar una corona de flores amarillas y blancas en memoria de los emigrantes fallecidos, convocar una jornada mundial de oración  de ayuno para la paz en Siria porque le interpelan fuertemente los rostros de los niños muertos por armas químicas, usar sus zapatos viejos de antes en vez de los zapatos rojos de su antecesor, no vivir en los Palacios Apostólicos Vaticanos sino en la residencia de Santa Marta, viajar por Roma en un sencillo y pequeño coche utilitario para no escandalizar a la gente de los barrios periféricos populares, contestar a las preguntas de un periodista no creyente, invitar a Santa Marta  rabinos de Argentina, regalar unos zapatitos al nieto de Cristina Fernández de Kirschner, recibir a Gustavo Gutiérrez el padre de la teología de la liberación, llevar un ramo de flores a la tumba del P. Pedro Arrupe, invitar para su cumpleaños a  cuatro mendigos…Estas “florecillas del Papa Francisco”, como las “florecillas de Juan XXIII” han sido fácilmente inteligibles por el pueblo.
Pero poco a poco ha ido lanzando mensajes de gran contenido pastoral y su Exhortación apostólica Evangelii gaudium, Sobre el anuncio del evangelio en el mundo actual, presenta todo el  programa de su pontificado, su hoja de ruta pastoral. De esta exhortación vamos a señalar lo que Francisco afirma en torno a los pobres y a la pobreza. 
 
2. La realidad es superior a la idea (231-233)
Esta afirmación, sorprendente en escritos del Magisterio que muchas veces parecían anteponer la idea a la realidad, afirma la prioridad de la realidad antes que la elaboración de la idea; de lo contrario la realidad queda  oculta 
en angelismos,  totalitarismo de lo relativo, nominalismos, proyectos más formales que reales, fundamentalismos ahistóricos, eticismos sin bondad, intelectualismos sin sabiduría. La idea ha de estar conectada con la realidad, La encarnación de la Palabra es el criterio, que nos lleva a valorar la historia de la Iglesia como historia de salvación, a recordar a nuestros santos que inculturaron el evangelio  en la vida de nuestros pueblos, no pretender elaborar un pensamiento desconectado de la realidad. Por otro lado, esta prioridad de la realidad nos lleva a llevar la Palabra a la práctica, a no edificar sobre arena.
¿No estamos ante el método latinoamericano de partir de la realidad, de articular el ver, el juzgar y el actuar? Esta metodología defendida y empleada es la que condicionará positivamente todo el tema de la pobreza y los pobres.
3. Denuncia profética de un sistema injusto (53-59)
 
De acuerdo a lo anterior no nos puede sorprender que la Exhortación comience denunciando los grandes males de la sociedad  actual y lance duras críticas al modelo de sociedad que prevalece: no a una economía de  exclusión e inequidad, que es una economía que mata, que valora más una caída de dos puntos en la bolsa que la muerte de frío de un anciano; no a la  nueva idolatría del dinero; no a la dictadura de una economía sin rostro basada en un afán de poder  y de tener que no conoce límites; no a un dinero que gobierna en lugar de servir y que amenaza con degradar a las personas que están fuera de la categoría del mercado y que quedan reducidas a  desechos y sobrantes; no a la inequidad  que genera violencia, porque brota de un sistema económico  injusto de raíz; no a la exacerbación del consumo, no al cáncer social de la corrupción, a la cultura de la anestesia social que nos impide compadecernos de los que sufren. 
Frente a esta situación se exhorta a la solidaridad desinteresada, a crear un orden social más humano, a una vuelta de la economía y de las finanzas a una ética en favor del ser humano, recordar que  no compartir con los pobres nuestros bienes es robarles y quitarles la vida. En nombre de Cristo se recuerda la obligación que los ricos tienen de ayudar, respetar y promocionar a los pobres.
 
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1.Gestos simbólicos.

 El nuevo Papa Francisco, antes de pronunciar muchos discursos y de escribir encíclicas ha ido realizado una serie de gestos simbólicos de gran carga significativa que han sido fácilmente captados por todo el mundo y  ampliamente difundidos por  los MCS. 

Estos gestos han ido cambiando el ambiente eclesial dominante hasta ahora: besar a un niño discapacitado y abrazar a un hombre con la cara totalmente deformada, lavar los pies a una joven musulmana, comer en Asís con niños con síndrome de Down, ir a la isla de Lampedusa en su primer viaje fuera de Roma, y lanzar una corona de flores amarillas y blancas en memoria de los emigrantes fallecidos, convocar una jornada mundial de oración  de ayuno para la paz en Siria porque le interpelan fuertemente los rostros de los niños muertos por armas químicas, usar sus zapatos viejos de antes en vez de los zapatos rojos de su antecesor, no vivir en los Palacios Apostólicos Vaticanos sino en la residencia de Santa Marta, viajar por Roma en un sencillo y pequeño coche utilitario para no escandalizar a la gente de los barrios periféricos populares, contestar a las preguntas de un periodista no creyente, invitar a Santa Marta  rabinos de Argentina, regalar unos zapatitos al nieto de Cristina Fernández de Kirschner, recibir a Gustavo Gutiérrez el padre de la teología de la liberación, llevar un ramo de flores a la tumba del P. Pedro Arrupe, invitar para su cumpleaños a  cuatro mendigos…Estas “florecillas del Papa Francisco”, como las “florecillas de Juan XXIII” han sido fácilmente inteligibles por el pueblo.

Pero poco a poco ha ido lanzando mensajes de gran contenido pastoral y su Exhortación apostólica Evangelii gaudium, Sobre el anuncio del evangelio en el mundo actual, presenta todo el  programa de su pontificado, su hoja de ruta pastoral. De esta exhortación vamos a señalar lo que Francisco afirma en torno a los pobres y a la pobreza. 

 

2. La realidad es superior a la idea (231-233)

Esta afirmación, sorprendente en escritos del Magisterio que muchas veces parecían anteponer la idea a la realidad, afirma la prioridad de la realidad antes que la elaboración de la idea; de lo contrario la realidad queda  oculta 

en angelismos,  totalitarismo de lo relativo, nominalismos, proyectos más formales que reales, fundamentalismos ahistóricos, eticismos sin bondad, intelectualismos sin sabiduría. La idea ha de estar conectada con la realidad, La encarnación de la Palabra es el criterio, que nos lleva a valorar la historia de la Iglesia como historia de salvación, a recordar a nuestros santos que inculturaron el evangelio  en la vida de nuestros pueblos, no pretender elaborar un pensamiento desconectado de la realidad. Por otro lado, esta prioridad de la realidad nos lleva a llevar la Palabra a la práctica, a no edificar sobre arena.

¿No estamos ante el método latinoamericano de partir de la realidad, de articular el ver, el juzgar y el actuar? Esta metodología defendida y empleada es la que condicionará positivamente todo el tema de la pobreza y los pobres.

3. Denuncia profética de un sistema injusto (53-59)

 

De acuerdo a lo anterior no nos puede sorprender que la Exhortación comience denunciando los grandes males de la sociedad  actual y lance duras críticas al modelo de sociedad que prevalece: no a una economía de  exclusión e inequidad, que es una economía que mata, que valora más una caída de dos puntos en la bolsa que la muerte de frío de un anciano; no a la  nueva idolatría del dinero; no a la dictadura de una economía sin rostro basada en un afán de poder  y de tener que no conoce límites; no a un dinero que gobierna en lugar de servir y que amenaza con degradar a las personas que están fuera de la categoría del mercado y que quedan reducidas a  desechos y sobrantes; no a la inequidad  que genera violencia, porque brota de un sistema económico  injusto de raíz; no a la exacerbación del consumo, no al cáncer social de la corrupción, a la cultura de la anestesia social que nos impide compadecernos de los que sufren. 

Frente a esta situación se exhorta a la solidaridad desinteresada, a crear un orden social más humano, a una vuelta de la economía y de las finanzas a una ética en favor del ser humano, recordar que  no compartir con los pobres nuestros bienes es robarles y quitarles la vida. En nombre de Cristo se recuerda la obligación que los ricos tienen de ayudar, respetar y promocionar a los pobres.

 

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