14 de Febrero de 2014
Eduardo de la Serna - Aunque creamos en la presencia y actividad del Espíritu Santo en la comunidad eclesial (¡y creemos!) ciertamente hay que reconocer que se trata de un tema muy complejo. Más de un fundador afirmó que “esto” le fue dicho por el Espíritu Santo, y –debemos reconocerlo- a partir de allí la discusión queda clausurada. Si se cree, no hay debate; y si no se cree, tampoco. Más de una vez en la historia han ocurrido oportunas “revelaciones divinas” que venían como “anillo al dedo” al fundador y evitaban todo debate posterior (o cónclaves).
Eduardo de la Serna - Aunque creamos en la presencia y actividad del Espíritu Santo en la comunidad eclesial (¡y creemos!) ciertamente hay que reconocer que se trata de un tema muy complejo. Más de un fundador afirmó que “esto” le fue dicho por el Espíritu Santo, y –debemos reconocerlo- a partir de allí la discusión queda clausurada. Si se cree, no hay debate; y si no se cree, tampoco. Más de una vez en la historia han ocurrido oportunas “revelaciones divinas” que venían como “anillo al dedo” al fundador y evitaban todo debate posterior (o cónclaves).
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