Nuevas expresiones en la misión requieren de apertura para aceptar y promover el derecho a la adultez en la fe. Estos procesos de madurez implicarán cambios en la espiritualidad y cambios estructurales. De hecho, esos procesos ya se han iniciado y dinamismos de transformación están en marcha. Hay personas y comunidades que están pensando más por sí mismas y trascienden los condicionamientos que las mantenían co-dependientes de los viejos paradigmas, asumiendo las consecuencias que esto conlleva. Son personas y comunidades que se vuelven pro-activas para
rediseñar sus realidades personales y sociales. Dejan de mirar hacia las altas esferas en busca de sabiduría y dirección, y se dan a la tarea de imaginar y actualizar creativamente otras formas de
relacionarse.

Nuevas expresiones en la misión requieren de apertura para aceptar y promover el derecho a la adultez en la fe. Estos procesos de madurez implicarán cambios en la espiritualidad y cambios estructurales. De hecho, esos procesos ya se han iniciado y dinamismos de transformación están en marcha. Hay personas y comunidades que están pensando más por sí mismas y trascienden los condicionamientos que las mantenían co-dependientes de los viejos paradigmas, asumiendo las consecuencias que esto conlleva. Son personas y comunidades que se vuelven pro-activas para rediseñar sus realidades personales y sociales. Dejan de mirar hacia las altas esferas en busca de sabiduría y dirección, y se dan a la tarea de imaginar y actualizar creativamente otras formas de relacionarse.