17 de Mayo de 2013
(Eduardo de la Serna) Hace unos años (1980) fue asesinado en Bolivia el cura jesuita Lucho Espinal. Sobre su escritorio –irónicamente- encontraron el borrador de un artículo para el periódico titulado: “No queremos mártires”. Allí afirmaba Lucho que la búsqueda de mártires es propia de ciertos sectores antipopulares (El grupo político desplazado tiende a la mística del martirio; procura sublimar la derrota. En cambio, el pueblo no tiene vocación de mártir). Carlos Mugica es mártir; ¿qué decimos, al reconocerlo como tal? En cristiano, el mártir es uno que da vida en lo cotidiano, en el día a día; va gastando su vida en favor de sus hermanas y hermanos, y un día –sin él quererlo- le arrancan la vida porque molesta. Molesta su causa, molesta su palabra, molesta su vida. Carlos molestaba. Los pobres molestan. Y quien se compromete luchando junto a los pobres por su liberación, ¡claro que molesta! Como sigue molestando quien lucha por la justicia y por la vida digna.
(Eduardo de la Serna) Hace unos años (1980) fue asesinado en Bolivia el cura jesuita Lucho Espinal. Sobre su escritorio –irónicamente- encontraron el borrador de un artículo para el periódico titulado: “No queremos mártires”. Allí afirmaba Lucho que la búsqueda de mártires es propia de ciertos sectores antipopulares (El grupo político desplazado tiende a la mística del martirio; procura sublimar la derrota. En cambio, el pueblo no tiene vocación de mártir). Carlos Mugica es mártir; ¿qué decimos, al reconocerlo como tal? En cristiano, el mártir es uno que da vida en lo cotidiano, en el día a día; va gastando su vida en favor de sus hermanas y hermanos, y un día –sin él quererlo- le arrancan la vida porque molesta. Molesta su causa, molesta su palabra, molesta su vida. Carlos molestaba. Los pobres molestan. Y quien se compromete luchando junto a los pobres por su liberación, ¡claro que molesta! Como sigue molestando quien lucha por la justicia y por la vida digna.
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