14 de Febrero de 2013
La renuncia de Benedicto XVI ha causado mucho furor, sorpresa, y hasta perplejidad en el mundo entero. Por más de 500 años no se había escuchado de una abdicación papal al trono de San Pedro. La situación además de ser un gran desafío para la Iglesia Católica, es una oportunidad para un examen detenido de su papel y agenda en el mundo hoy. Mi opinión es que Benedicto XVI ha sido un papa de transición más allá de la expectativa que él tenía sobre su gestión y las expectativas que provocó, sobre todo en la feligresía. En realidad, este papa ha sido un pontífice en tiempos muy críticos para la Iglesia Católico-Romana. Carmelo Álvarez
La renuncia de Benedicto XVI ha causado mucho furor, sorpresa, y hasta perplejidad en el mundo entero. Por más de 500 años no se había escuchado de una abdicación papal al trono de San Pedro. La situación además de ser un gran desafío para la Iglesia Católica, es una oportunidad para un examen detenido de su papel y agenda en el mundo hoy. Mi opinión es que Benedicto XVI ha sido un papa de transición más allá de la expectativa que él tenía sobre su gestión y las expectativas que provocó, sobre todo en la feligresía. En realidad, este papa ha sido un pontífice en tiempos muy críticos para la Iglesia Católico-Romana. Carmelo Álvarez
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