27 de Diciembre de 2012
Cada época y cada cultura exigen un modo nuevo de anunciar la presencia de Dios, pero no es sólo cuestión de pedagogía, si bien ésta es importante. Si entendemos la revelación como fruto del encuentro humano-divino, y no como entrega de verdades atemporales y ahistóricas, la creación continua -y la evolución humana por tanto-, nos habilitan nuevas formas de descubrir a Dios, a la vez que bloquean otras. Descubrir y hacer nuevas experiencias del Dios Vivo, reclaman nuevos modos de dar cuenta de ellas. Rosa Ramos
Cada época y cada cultura exigen un modo nuevo de anunciar la presencia de Dios, pero no es sólo cuestión de pedagogía, si bien ésta es importante. Si entendemos la revelación como fruto del encuentro humano-divino, y no como entrega de verdades atemporales y ahistóricas, la creación continua -y la evolución humana por tanto-, nos habilitan nuevas formas de descubrir a Dios, a la vez que bloquean otras. Descubrir y hacer nuevas experiencias del Dios Vivo, reclaman nuevos modos de dar cuenta de ellas. Rosa Ramos
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