29 de Noviembre de 2012
No te conozco, pero tu rostro sufriente es el de muchas y con eso me basta. También a Jesús le bastaría, pero él además conoce tu rostro y tu nombre y, si tú se lo permites, posará dulcemente sus labios en tu frente, y le contarás tus penas. Tú le harás feliz y él aliviará tus penas. José Arregui, teólogo.
No te conozco, pero tu rostro sufriente es el de muchas y con eso me basta. También a Jesús le bastaría, pero él además conoce tu rostro y tu nombre y, si tú se lo permites, posará dulcemente sus labios en tu frente, y le contarás tus penas. Tú le harás feliz y él aliviará tus penas. José Arregui, teólogo.
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