18 de Octubre de 2012
El Vaticano II fue no fue un punto de llegada, sino de partida, un “nuevo comienzo”, el “principio del principio”, en expresiones de Karl Rahner, uno de los teólogos más influyentes en el Concilio. Pero enseguida se abandonó para seguir otra dirección. Puso en marcha una reforma moderada de la Iglesia católica, que nunca se llevó a la práctica o se quedó a medio camino. Hubo, ciertamente, cambios importantes. Negarlos, sería muestra de ceguera y falta de rigor en el análisis. EL PERIODICO DE CATALUÑA, 11 de octubre de 2012) Juan José Tamayo
El Vaticano II fue no fue un punto de llegada, sino de partida, un “nuevo comienzo”, el “principio del principio”, en expresiones de Karl Rahner, uno de los teólogos más influyentes en el Concilio. Pero enseguida se abandonó para seguir otra dirección. Puso en marcha una reforma moderada de la Iglesia católica, que nunca se llevó a la práctica o se quedó a medio camino. Hubo, ciertamente, cambios importantes. Negarlos, sería muestra de ceguera y falta de rigor en el análisis. EL PERIODICO DE CATALUÑA, 11 de octubre de 2012) Juan José Tamayo
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