14 de Octubre de 2025
(Por: Micaela Díaz)
De camino al IV Congreso Continental de Teología Latinoamericana y Caribeña, a realizarse entre el 22 y 24 de octubre en Lima, Perú, Alejandro Ortiz, miembro de Amerindia México, compartió una reflexión sobre las expectativas y horizontes del encuentro, remarcando la urgencia de renovar los procesos de liberación en América Latina y el Caribe frente a los nuevos desafíos sociales, culturales y religiosos.
“Nos hemos planteado varios objetivos”, afirmó Ortiz. “El primero, y tal vez el más evidente, es que un congreso necesita generar pensamiento, generar reflexión en torno a temas vitales de la cultura y de la sociedad”. En su mirada, este espacio, más allá de debatir ideas, quiere confrontar las corrientes conservadoras y doctrinales que intentan frenar la vitalidad de los pueblos y de sus expresiones de fe.
Para Ortiz, el horizonte de este Congreso no es otro que tejer juntos una utopía liberadora. “Queremos un congreso donde pensemos, dialoguemos, debatamos y colaboremos en la construcción de los grandes desafíos de la teología de la liberación hoy”, expresó. En esa línea, el teólogo mexicano insistió en que los llamados horizontes de liberación deben servir para abrir caminos “diversos, plurales, de diferentes colores que nos permitan llegar a eso que llamamos liberación”.
El legado de Gustavo Gutiérrez
Durante el Congreso se tendrá el homenaje a Gustavo Gutiérrez Merino, considerado figura clave en el nacimiento de la teología de la liberación. Ortiz recordó su influencia con admiración y equilibrio histórico: “Gustavo fue una persona emblemática, central y simbólica para la generación de lo que en América Latina se llama la caminata teológica latinoamericana”.
Aunque se le reconoce como fundador por su libro Teología de la liberación (1971), Ortiz señaló que la riqueza del movimiento fue colectiva: “No es el padre de la teología de la liberación por escribir un libro, sino porque en ese libro centraliza los ideales sociales, culturales, políticos y económicos de ese momento y los reflexiona desde América Latina”, explicó.
El valor de Gutiérrez, añadió, radicó en haber ayudado a crear un lenguaje teológico propio, profundamente arraigado en la realidad de los pobres y en su fuerza transformadora. “Desde los empobrecidos podemos encontrar las claves de liberación”, sostuvo.
El entrevistado evocó además su coherencia de vida, describiéndolo como “un párroco que no iba a grandes congresos por atender a su feligresía, un hombre pequeño de estatura y enfermo, pero que nunca dejó que eso lo limitara”. “Se volvió un gigante y un roble para todos nosotros”, expresó Ortiz.
Durante el Congreso se rendirá un homenaje al padre Gustavo Gutiérrez. “Será un pequeño homenaje —reconoció Ortiz—, pero con palabras sentidas de quienes lo conocieron de cerca, personal y teológicamente”.
Diálogo entre teólogos y agentes de base
El IV Congreso de Teología se propone crear un verdadero diálogo entre teólogos consagrados y agentes pastorales, superando estructuras verticales y abriendo espacio a la palabra de todos los participantes.
“Está muy bien pensado”, explicó Ortiz, “porque aunque mantenemos el ver, juzgar y actuar, está pensado en una dinámica vertical, donde lo que digan los grandes expositores y expositoras en la mañana se complementa con la palabra en grupos”.
Según el representante de Amerindia México, no se trata simplemente de revisar si se entendió lo dicho por los ponentes, consiste, más bien, en completarlo desde las experiencias y contextos de quienes participan. “Se trata de tejer juntos algunos bordados, algunas telas que nos identifiquen”, dijo.
Este ejercicio colectivo tiene el fin de reconocer los desafíos del mundo actual y discernir por dónde va hoy el camino liberador, a partir de los aportes de las comunidades de base y las nuevas generaciones de teólogos.
Frutos esperados del encuentro
En cuanto a los frutos del Congreso, Ortiz resaltó dos dimensiones: la espiritual y comunitaria, y la teológica y epistemológica.
“Lo primero es la alegría, la motivación, la actualización de ideas y pensamientos”, dijo. Espera que los participantes regresen a sus comunidades “llenos de espíritu liberador” y con la convicción de que valió la pena haber estado allí, incluso con sacrificios personales.
A nivel intelectual, espera que los asistentes “salgan con nuevas claves de interpretación, con ideas y conceptos actualizados que les permitan entender qué está pasando hoy en el mundo, en la Iglesia y en sus propias vidas”.
“Si la mayoría sale el viernes diciendo ‘qué bueno que estuve aquí por mil razones’, habremos logrado nuestro objetivo”, afirmó con entusiasmo.
Invitación a pensar y resistir
Alejandro Ortiz invitó a participar activamente en el Congreso y a fortalecer la resistencia colectiva frente a los desafíos globales: “Ante un colapso civilizatorio y un nuevo reordenamiento de la geopolítica actual, donde el poder militar se une al capitalismo digital, y ante el discurso conservador de derecha o de extrema derecha, es necesario que nos juntemos”, expresó.
El teólogo alentó a encontrarse, abrazarse y pensar juntos, no solo para resistir, sino para construir nuevas narrativas: “Debemos enfrentar esas narrativas con otras de liberación, desde abajo, desde los empobrecidos, desde las víctimas de la historia”.
Para Ortiz, ese es el verdadero espíritu del IV Congreso Continental de Teología: “reforzar lo que ya se hace desde lo liberador, renovar el ánimo y vislumbrar nuevos desafíos y nuevos retos que tenemos todos y todas”, concluyó.
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