28 de Agosto de 2025
[Por: Micaela Díaz Miranda | OLS]
Los obispos miembros de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) se reunieron del 17 al 20 de agosto en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) en Bogotá para reflexionar sobre los avances, desafíos y esperanzas surgidos a cinco años del Sínodo de la Amazonía.
En su mensaje final, los pastores señalaron el valor de la sinodalidad como camino para una Iglesia con rostro amazónico y al servicio de los pueblos que habitan el bioma.
Iglesia que escucha, discierne y camina
Los obispos se definieron como “peregrinos de la esperanza” y afirmaron que se dispusieron a “escuchar e identificar los procesos que, inspirados por el Sínodo de la Amazonía y la Exhortación Apostólica Querida Amazonía, nos han permitido reconocer nuestros avances, resistencias, desafíos y esperanzas”. La CEAMA se consolida así como un espacio de comunión fraterna conducido por el Espíritu Santo.
Anunciar el Evangelio a todos los hombres
Los obispos expresaron su gratitud al Papa León XIV por su mensaje, comprometiéndose a seguir trabajando “en nuestra labor pastoral a las dimensiones que nos indica: la misión de la Iglesia de anunciar el Evangelio a todos los hombres, el trato justo a los pueblos que allí habitan y el cuidado de la Casa común”.
Los obispos de la Amazonía resaltaron la entrega generosa del Pueblo de Dios: “La vida entregada martirialmente de numerosos hermanas y hermanos en la fe es un vivo testimonio que nos alienta continuamente en nuestra misión evangelizadora”.
Sinodalidad y crecimiento espiritual
El pronunciamiento hace especial énfasis en la sinodalidad como camino para la Iglesia amazónica: “En el campo de la evangelización, nos sentimos impulsados a ser instrumentos de comunión, comunicación y sinodalidad”. Los obispos se comprometen a generar prioridades aplicables según la realidad de cada jurisdicción eclesiástica, recordando la importancia de crecer en el espíritu profético que caracteriza a la Iglesia.
La CEAMA se concibe como “un espacio privilegiado de comunión, discernimiento y misión”, que debe fortalecerse para ofrecer formación a seminaristas, clero, vida religiosa y agentes de pastoral, así como para consolidar la colaboración entre jurisdicciones vecinas.
Iglesia que cuida la Amazonía y sus pueblos
Los obispos reconocen la Amazonía no como un territorio para explotar, sino como “una tierra habitada, amada y cuidada desde generaciones, y lugar de la presencia de Dios”. Señalan que la crisis climática exige un compromiso renovado con la ecología integral: “Este trato irresponsable e irrespetuoso que hemos dado a la tierra ha generado la crisis climática. En respuesta renovamos nuestro compromiso con la ecología integral y el cuidado de la casa común”.
“Caminamos juntos en esta misión, como pastores y pueblo, cuidando a nuestros fieles y siendo cuidados por ellos… compartiendo las alegrías y los sufrimientos de nuestras comunidades”, manifiestan reconociendo la importancia de acompañar a las comunidades en su vida cotidiana.
Camino de esperanza y servicio
El pronunciamiento resalta que la CEAMA es un signo de esperanza para toda la Iglesia, al tiempo que busca sostener la pastoral en la región amazónica con formación, acompañamiento y sostenibilidad económica: “Nos comprometemos a hacerla crecer, fortalecerse y consolidarse, para que sea oportunidad de servicio y renovación para cada comunidad cristiana de la región”.
“Confiamos este compromiso a la intercesión de María, Madre de la Amazonía, que siempre camina con sus hijos en los momentos de luz y de cruz”, expresan los obispos al concluir su mensaje.
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