[Por: Antonio Ivanir Rampon]

Monseñor Helder Camara, Consejero de la Nunciatura Apostólica de Brasil, viajó a Roma a finales del Año Santo de 1950, llevando consigo 18 tesis de la Acción Católica Brasileña – la contribución brasileña al Congreso Mundial del Apostolado de los Laicos que incluía un sueño de muchos jóvenes: crear una conferencia de obispos que fuera capaz de analizar los problemas nacionales y colaborar para crear un orden evangélico en la sociedad brasileña. Al final del texto estaba el llamamiento persuasivo: “Pero todo esto será inútil si no tenemos una Asamblea de Obispos de Brasil que incentive, impulse y controle todo el trabajo pastoral del país”…

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