[Por: José F. Castillo Tapia]

En noviembre de 2025, la ciudad de Belém, en el estado de Pará, Brasil, será la sede de la COP30, la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La elección de una ciudad amazónica como sede simboliza el reconocimiento de la Amazonia como un ecosistema clave para la estabilidad climática global y un territorio en disputa entre el desarrollo extractivista y la conservación ambiental.

Sin embargo, mientras el gobierno brasileño promueve la imagen de la Amazonia como un espacio de conservación y desarrollo sostenible, comunidades indígenas y tradicionales denuncian la expansión del agronegocio, la minería ilegal y el debilitamiento de las políticas ambientales. En este contexto, la COP30 podría convertirse en un espacio clave para la justicia climática o, por el contrario, en una plataforma de greenwashing que oculte las contradicciones del modelo de desarrollo vigente…

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