[Por: Francisco Burgos]

Bajo la tenue luz de mi lámpara

cuando el sol apenas se asoma en el horizonte,

yo espero tu luz.

Me siento agradecido por todo,

pero te confieso que me abruman tantas cosas.

A veces me siento sin fuerzas para andar este camino,

pero sé que no voy solo

 y eso me da ánimo.

Mi corazón te busca

confiado en que tú ya me haz encontrado.

Nutre mi pobre fe

para que pueda verte, amarte y servirte sin reservas,

aún en las circunstancias donde pareces estar ausente.

Que todo mi ser sea

encarnación de tu amor y tu justicia.

Que sea humilde y agradecido,

que pueda estar abierto y abrazar con valentía las posibilidades de este día.

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