21 de Diciembre de 2024
[Por: Luis Van de Velde]
Monseñor Romero ha vivido el proceso de rechazo de parte de quienes tenían (y aún tienen) poder y riqueza. De repente dejaron de aportar financiamiento para terminar la construcción de la catedral. Monseñor mismo tomó distancia del poder político cuando decidió ya no participar en ningún acto gubernamental y que ya no iba a invitar a ningún político a la catedral. Tampoco cayó en la trampa cuando le ofrecieron una casa amplia y bonita en la zona exclusiva del Paseo Escalón. No quiso ser preso de esos llamados “benefactores”. Empezó a vivir en la sacristía del hospitalito La Divina Providencia, desde donde oía y sentía el dolor y la angustia de las y los enfermos terminales, hasta que las hermanas le construyeron una casita propia ahí mismo. Con la destrucción de la radio YSAX y de la imprenta del arzobispado pretendían quitarle recursos a la Iglesia y detener su voz profética y evangelizadora. Y aún más el asesinato sistemático de animadores/as de comunidades, de sacerdotes y más tarde hasta del mismo arzobispo, significa eliminar el personal pastoral más comprometido con el Evangelio en la opción preferencial por los pobres…
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