05 de Octubre de 2024
[Por: Eduardo de la Serna]
A lo largo de su vida, Teresa ha pensado y repensado con mucha frecuencia su vocación. Veinte veces, en sus escritos, repite, por ejemplo “comprendí”, repensándose. Cuando niña viaja en una peregrinación diocesana a Roma con su papá y su hermana Celina y allí descubre la necesidad de “rezar por los presbíteros” [en realidad, en francés, prêtre tiene su origen en presbíteros, no en “sacerdote”] y afirma “comprendí mi vocación en Italia” (A 56rº). Pero más adelante, dirá que su vocación es ser “Carmelita, Esposa y Madre” pero en seguida acota que siente la vocación de “Guerrero, de Presbítero, de Apóstol, de Doctor, de Mártir”…
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