[Por: Instituciones unidas en el Tiempo de la Creación Bolivia]

Las Instituciones abajo firmantes, nos dirigimos a todos los fieles, a las comunidades, y a la sociedad boliviana en general, impulsados por el dolor profundo que se está causando por la destrucción de nuestra casa común.

Hemos esperado demasiado por una acción concreta, y ya no hay margen para la pasividad. El desastre ecológico que enfrentamos hoy es una realidad urgente: el fuego voraz arrasa con la vida, los ecosistemas, los recursos, y la esperanza de un futuro sostenible. Las víctimas de los incendios claman por justicia, pero nuestra ambición desmedida y las decisiones irresponsables agravan esta tragedia.

La voz de la Iglesia, levantada en defensa de los más vulnerables, hoy se alza también por la creación. Es momento de convocar a una movilización de consciencia y compromiso, de unir las fuerzas de todos los sectores, comunidades e instituciones para exigir un cambio real. Este crimen contra la creación debe detenerse ya.

El Papa Francisco, en su encíclica Laudato Si, nos recuerda que no basta con buscar soluciones técnicas. Debemos cambiar nuestra mirada, nuestros principios y nuestra ética. Llamamos a las autoridades locales y nacionales a que realicen acciones que pongan el bien común por encima de los intereses económicos, que nos permitan avanzar en un desarrollo integral y sostenible. No podemos seguir destruyendo la naturaleza con la falsa creencia de que los recursos son ilimitados.

Las leyes que favorecen este ecocidio no pueden seguir vigentes. Denunciamos el modelo extractivista que, con sus excesos y su falta de ética, ha puesto en peligro no solo a la naturaleza, sino a las generaciones presentes y futuras. Este sistema está causando una profunda crisis social, ecológica y espiritual. El ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, ha olvidado su llamado a ser custodio de la tierra, y ha adoptado un estilo de vida de consumo insostenible que está agotando los recursos que nos sostienen.

Frente a la falta de voluntad, incapacidad de sofocar las llamas y la carencia de respuestas efectivas, el corazón de Bolivia se ve invadido por la tristeza y la indignación, y la oración sincera debe ir acompañada de acción. La misericordia y la lluvia no caerán mientras se mantenga la indiferencia y se promueva un sistema que destruye sin piedad lo que Dios nos ha confiado.

Es tiempo de asumir nuestra responsabilidad colectiva en este crimen contra la vida. El clamor de la tierra y de los más pobres es el grito de Dios, que nos llama a unirnos. Por lo tanto:

Exigimos de las autoridades competentes una respuesta integral. Es urgente apagar incendios y reaccionar de manera comprometida con nuestra casa común y con sus habitantes.

Hacemos un llamado a toda la sociedad: a las familias, comunidades, gobiernos locales, empresarios y líderes, a sumarse a esta causa que no puede esperar. Que el fuego no consuma nuestra esperanza, sino que inspire nuestra determinación a proteger la vida en todas sus formas.

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Imagen: https://elpais.bo/reportajes/20200914_incendios-en-bolivia-el-mes-de-septiembre-es-el-peor.html