[Por: Ramón Hernández | Religión Digital]

Frente a los problemas de todo orden que hoy se nos plantean, no es de extrañar que el papa Francisco, consciente de que, viviendo en un mundo seducido e incluso abducido por lo económico y por el culto al cuerpo, muchos se alejen despreocupados del “recinto eclesial” y vivan sus vidas absolutamente despreocupadas tanto del necesario sentido de la vida como de la inmensa riqueza que el cristianismo le aporta…

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