[Por: Julio Pernús]

La Comisión para el Estudio de la Historia de la Iglesia en América Latina (CEHILA),  arribó a sus cinco primeras décadas, para conmemorar la fecha sus integrantes actuales han conversado con varios de sus miembros históricos. La Dra. Ana María Bidegain, protagonista de este intercambio, obtuvo su doctorado en Historia en la Universidad Católica de Lovaina. Desarrolló su carrera académica en Colombia, donde vivió y enseñó durante más de 20 años, fundó el Departamento de Historia en la Universidad de Los Andes y abrió el campo de Estudios Religiosos en la Universidad Nacional de Colombia. En 1979 se hizo miembro de CEHILA y nos cuenta sus impresiones de la organización.   

JP- ¿Cómo fue su entrada a CEHILA?

Ana María Bidegain:  Entré en CEHILA en el año 1979. En mi caso esperaron que culminara y defendiera mi tesis doctoral. Otros integrantes masculinos no atravesaban el mismo proceso.  En esa época era un espacio muy masculino CEHILA y la academia de forma general, en los temas de Pensamiento e Historia de la Iglesia, éramos muy pocas mujeres en las universidades. La primera reunión que estuve fue en Puerto Rico y desde la primera vez que llegué me pusieron como secretaria, era el rol asignado a la nueva fémina del grupo, jajaja. 

JP- Pero usted tenía intereses propios como mujer e intelectual dentro de CEHILA. 

Ana María Bidegain- Mi curiosidad intelectual me hizo cuestionar cómo interpretar a América Latina. Siempre se hacía mucho hincapié en la parte económica, pero yo comencé a interpelar el conocimiento desde la importancia de entender el ambiente religioso para comprender nuestro continente. Siempre tuve la intuición de que la vitalidad en la Iglesia la aportaban los laicos y sus historias no eran contadas. Otro tema que me interesó es el papel de la mujer. De las cosas mejores que hizo CEHILA es escribir la historia de América Latina desde los pobres, la Teología de la Liberación fue un método muy importante en este empeño. 

Una crítica que le hago a CEHILA es que se veía la historia con los pobres, pero el protagonista era el cura. Por eso mi insistencia de escribir una historia desde la perspectiva de los laicos. Otro tema que creo estuvo invisibilizado fue la participación de los católicos en política como católicos, como el Partido Democracia Cristiana. Ahí entrarían todos los movimientos políticos que surgen desde nuestro contexto de liberación latinoamericano, haciendo un nuevo esfuerzo de crear una forma diferente de vivir en la política. Otro tema que para mí era muy importante y no logré que pasara fue el de la vida religiosa femenina. 

JP- Luego de 50 años siempre quedan recuerdos destacados en el imaginario 

Ana María Bidegain - Recuerdo con especial agrado la reunión del año 83 que hicimos en San Antonio sobre la mujer pobre en la vida de la Iglesia, lo hicimos ahí pues era el único obispo que se aguantaba un tema de esos, Monseñor Flores. Fue la primera reunión que hubo sobre el tema de la mujer en América Latina, la hicimos antes de que las teólogas comenzaran a trabajar estos temas como en la actualidad. Varios hombres se fueron de aquella reunión pues pensaban que era un tema solo para mujeres.

CEHILA siempre tuvo una buena voluntad en hacer cosas nuevas, pero se arrastraban esquemas viejos de la academia. Algo que perjudicó a CEHILA fue la disminución y posterior eliminación de cualquier financiamiento de agencias católicas. Nos decían que no había dinero para la formación laical. Eso resultó ser a la larga un desastre, pues ha provocado que ahora hay muy pocos laicos formados. Algunos que teníamos vocación intelectual nos fuimos al mundo universitario, pero otros comenzaron a formar ONG. Muchas de las ONG que existen en la región sus fundadores eran de gente de los movimientos sociales y esos grupos luego realizaban importantes acciones de movilización política. 

 Siempre se ha escrito la historia de la Iglesia aceptando como lo obvio la estructura jerárquica, pero eso convierte al laicado en sub-alterno dentro de la Iglesia. Pero, es cierto de que hay laicos con muy buena formación y muchas veces mejor que los curas. Para trabajar y entender la catolicidad no se debe partir solo de lo socio-económico, no se puede crear el concepto de la Iglesia como Pueblo de Dios, si una parte sustancial de ese pueblo que son los laicos, no forma parte de la toma de decisiones importantes de una comunidad. 

JP- Cuáles serían para usted algunos de los logros principales de CEHILA

Ana María Bidegain- CEHILA tiene entre sus grandes logros la evangelización de los espacios intelectuales de las Universidades Públicas en la región. Nuestro grupo instaló en América Latina el tema del estudio del fenómeno religioso. Eso era impensable en esos años y lo logramos. 

JP- Alguna recomendación para los nuevos integrantes de CEHILA

Creo que sigue siendo vital el estudio de la Iglesia pues es una estructura sólida que tiene aún mucho poder. Además, para entender los conflictos actuales hay que entender los pasados. Es importante que los investigadores de la religión cambiemos el discurso y pensemos la Iglesia como comunión de comunidades, más desde abajo que desde la jerarquía. Debemos reinstalar el tema de la discusión histórica sobre religión que ha ido desapareciendo con el paso del tiempo y de algunos de aquellos fundadores de CEHILA.   

Julio Pernús -¿Qué temas recomienda  para poner el foco actual de los historiadores de la religión en el continente?

Ana María – El periodo posconciliar, la brecha entre la Iglesia sinodal y clerical que no empezó con el papa Francisco, el tema de la modernidad y la religión. Hoy tenemos otros problemas como el de la Inteligencia Artificial y la religión. La conciencia con los temas del medio ambiente, seguimos arrastrando problemas de la colonia, el tema de la tierra, las castas y el racismo, todo eso es pensamiento colonial que aún nos arropa.