07 de Julio de 2024
[Por: Ademar Olivera | La Diaria]
Afirmar que religión y política son ámbitos separados, sin vínculos entre sí, es una falacia o una ingenuidad. Desde siempre, la religión ha influido en forma determinante sobre el poder político, ya fuere un imperio, monarquía u otro sistema de gobierno, como también el poder político se ha servido de la religión para conservar su estatus y obtener beneficios. Eso se debe a que la religión, además de ofrecer respuestas (genuinas o no) a la necesidad del ser humano de encontrar el sentido último de la existencia, es también fuente para la formación de pensamiento y prescripción de conductas. Baste señalar, a modo de ejemplo, el poder sagrado absoluto que se atribuía al emperador o soberano en su condición de “hijo” o “representante” de la divinidad, que, por tanto, exige a sus súbditos obediencia total e indiscutible…
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Imagen: https://ladiaria.com.uy/ladiaria/edicion/2020/10/16/
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