26 de Mayo de 2024
[Por: Tere y Luis Van de Velde]
Quienes tienen el poder (económico, político) siempre desean enviar la Iglesia a los templos para que sea “guardada en un camarín”, para que no diga nada sobre la organización económica, política, sobre el medio ambiente, sobre los derechos humanos, sobre los migrantes,… Si la Iglesia no les hace caso y asume su papel profético y animador del pueblo pobre, es calumniada y perseguida. Por supuesto para la Iglesia es una tremenda misión saber discernir las líneas rojas del Reino de Dios en medio de la oscuridad de sistemas construidos para ser injustos y excluyentes. Esto exige, por ejemplo, que al interior de la iglesia, se necesita suficientes y permanentes espacios de intercambio, de lectura histórica a la luz del Evangelio. Monseñor Romero sabía escuchar a las y los pobres para su discernimiento. Monseñor formó una comisión arquidiocesana de laicos/as para escuchar sus lecturas de los acontecimientos y sabía consultar. La voz de la Iglesia debe ser la voz de toda la Iglesia, incluyendo a sus pastores, pero sobre todos desde la Iglesia como pueblo de Dios…
Descargue el artículo.
©2017 Amerindia - Todos los derechos reservados.