03 de Marzo de 2024
[Por: Julio Pernús]
Los espacios vacíos siempre son difíciles para un migrante que ya de por sí debe desalojar de su vida los lugares donde fue feliz en su nación. Por eso me demoraba en leer Le dedico mi silencio del premio nobel peruano Mario Vargas Llosa. En su epílogo, el autor de La fiesta del chivo y Conversación en la catedral plasmó su retiro oficial de un género al que él y otros escritores del boom latinoamericano de la década del 60 del siglo XX, le dieron sin dudas un cuerpo especial. Sin embargo, en el abismo de la vida, el peruano no quiso salir sin plantearnos a sus lectores los pormenores de un tema transversal a nuestra especie: la fe…
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