04 de Febrero de 2024
[Por: Theresa Denger]
Pocos días antes de su muerte, Monseñor Romero exclamó una frase que puede ser considerada como su testamento personal y teológico: “nada me importa tanto como la vida humana” (homilía del 16.03.1980). En esta pequeña frase está condensada su predicación, praxis y martirio, y entre líneas se deja vislumbrar su fe en el Dios de la vida. A continuación, vamos a desplegar diferentes aspectos y aristas de su predicación del Dios de la vida con el afán de hacer memoria subversiva, utópica y actualizante. Para ello nos dejamos iluminar por el eco-feminismo que pone en evidencia la vinculación entre la violencia contra la naturaleza y la violencia contra las mujeres e invita a reconectarnos con los hilos de la red sagrada de la vida...
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