[Por: Misioneras Cruzadas de la Iglesia]

Porque un niño nos ha nacido, nos han traído un hijo: lleva el cetro del principado y se llama Consejero maravilloso, Guerrero divino, Jefe perpetuo, Príncipe de la paz". (Is 9, 5). Cincuenta y ocho son las guerras que cursan en nuestros días, hiriendo y matando toda vida que encuentra: destrucción y pérdidas, dolor y sufrimiento, muerte. El Príncipe de Paz se encarna en un tiempo convulso para liberar a la humanidad del mal, de la violencia, y nos invita a mirar y comprometernos con las víctimas…

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