[Por: Laura Rius Porta | Cristianisme i Justicia]

La existencia humana en los países llamados desarrollados está siendo limitada al ámbito de lo material-manipulable. Se propaga el cientificismo como único paradigma cognoscitivo, se intensifica la fascinación del consumismo y se promueve la adicción al mundo virtual. El resultado es que los ciudadanos acaban por creer que sólo es real lo que se puede controlar y gozar en esas dimensiones. Hay gente deseosa de escapar de ese clima, pero viviendo en esta atmósfera es difícil evitar el contagio y la gravedad del contagiarse reside en que se impide a la persona hacer experiencia de sí misma, de quién es y de qué está llamada a ser. Logrando que los ciudadanos se identifiquen como consumidores se facilita que vivan anestesiados…

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