[Por: Diego Pereira Ríos]

Nuevo libro de Diego Pereira Ríos

“Llegarás con la aurora” es un testimonio de amor que brota de lo más profundo de un alma enamorada. Por eso su lenguaje es poesía. Solo la poesía es capaz de expresar lo que el amor transforma al ser humano. Es el camino escogido por el profesor, filósofo y teólogo uruguayo, Diego Pereira Ríos para testimoniarnos su propia experiencia de búsqueda y encuentro con la Divinidad, al tiempo que cumple una promesa que hizo a San Juan de la Cruz, su maestro de espiritualidad, junto a su tumba en Segovia (España). 

Diego está palpitando por la aurora que se aproxima. Cada uno de sus poemas es como un palpito de un latir amoroso. A veces el latir es más intenso, a veces el latir es más tenue. A veces la oscuridad amenaza y se siente la aridez de lo humano enfangado. A veces la luminosidad abraza y se siente la bondad de lo humano redimido. A veces se aleja hundiéndose en el abismo sin horizonte. A veces se acerca, embebido, atisbando el amanecer. El ir y venir del alma que busca, que espera, que lucha, que persiste, que encuentra contra toda adversidad y desesperanza. Si bien es cierto que hay certeza por la llegada de quien llega con la aurora, la actitud no es pasiva. Quien llega, no lo hace porque se le espera o se le busca, aunque suceda lo uno y lo otro. Quien llega, lo hace porque ama gratuitamente, “...no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que El nos amó y nos envió a su Hijo…” (1 Jn 4, 10). Este primerear amoroso de la Divinidad es lo que da certeza y sentido a la larga espera y a la intensa lucha humana.

Siguiendo a su maestro San Juan de la Cruz, Diego se vale del lenguaje femenino para expresar poéticamente el itinerario de su alma hacia la unidad con lo divino. Sin duda, una opción para confrontar hoy la masculinización de la teología y a la vez desafiarla hacia su transformación. Es también una osadía, pues no es lo mismo que un hombre hable en lenguaje femenino a que lo hable una mujer. Quizá lo más valioso del esfuerzo es ayudarnos tanto a los varones como a las mujeres a despatriarcalizar el lenguaje sobre Dios y el mismo concepto de Dios, camino en el que aún falta mucho por andar. El hecho que se hable en femenino, no significa per se, que se esté caminando hacia tal fin, pero si plantea la urgencia de construirlo.

“Llegarás con la aurora” es un camino didáctico, como todo camino espiritual. Está hecho para enseñar y para aprender. Se trata de ir desde “no amar” hasta el amor que está siendo Dios. Proceso que se describe con minucia. Y es así porque, para llegar a ser ejemplar para el aprendizaje, hay que ir a lo mínimo, a lo pequeño, a lo simple, a lo sencillo y humilde, ahí donde lo humano se hace realidad y desde donde se emprende todo proceso transformador con solidez. Se aprende en el paso a paso, en el avanzar y en el retroceder, en la oscuridad y en la luminosidad. Es el saldo pedagógico que bien se manifiesta en cada uno de los poemas proyectándose hacia la vida, lugar privilegiado donde se verifica el aprendizaje espiritual, cuando la vida haciéndose más espiritual se hace más humana. 

(Extracto del Prólogo escrito por Fernando Torres Millán).