[Por: Fabio Salguero Fogoaga]

La migración es un signo natural en los seres vivos. Se migra para buscar mejores condiciones de vida, por lo que trasladarse de un lugar a otro es parte del proceso de asegurar la supervivencia. Siendo así, la migración es producto de experimentar condiciones que afectan el bienestar, tanto físico como emocional, tanto material como espiritual. Siendo así, la teología tiene mucho que decir sobre los procesos sociales, políticos, económicos y culturales de la humanidad. Es menester abordar el fenómeno de la movilidad humana desde una perspectiva interdisciplinaria que coadyuve a la labor de la Iglesia en el cumplimiento de la misión de Dios. Sin embargo, la sola reflexión no cambia realidades específicas en un mundo sobrepasado por el pecado de la humanidad. La lectura de la Biblia y la sola oración no dejan de ser un ejercicio piadoso sino devienen en juntar a un grupo de gentes para dialogar y preguntarse qué hacer frente a las realidades de nuestro tiempo (Tomado de la presentación)…

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