[Por: Eduardo de la Serna]
Hace mucho tiempo escribí sobre “la envidia”. En la lista de los mal llamados “pecados capitales”. Allí distinguía diferentes tipos, incluso las envidias positivas y constructivas que nos llevan a superarnos. El problema radica, decía, y repito, cuando la envidia nos lleva a pretender la destrucción de la persona o del objeto envidiado; de lo que vemos (el término envidia viene de videre, ver) que alguien tiene o es. En ese caso, esta se alimenta del odio, que busca la destrucción de lo que vemos y detestamos, sea objeto o sea sujeto…
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