Luiz Carlos Susin: Teología de la Liberación, "Un pensamiento de lucha con la muerte en defensa de la vida"

23 de Junio de 2023

[Por: Luis Miguel Modino]




Luiz Carlos Susin definió la Teología de la Liberación como una teología siempre en agonía, algo que nace de su designio y misión: "ser un pensamiento de lucha con la muerte en defensa de la vida". En su intervención en el Encuentro de Amerindia, que se celebra en Manaos del 22 al 26 de junio, reflexionó sobre el grito agónico que originó la Teología de la Liberación, algo presente en Fray Antonio de Montesinos, al comienzo del anuncio del Evangelio en las Américas, quien denuncia "el 'pecado original' que está en la raíz de la condición colonial de América y de la América moderna", que también fue retomado por Fray Bartolomeu de las Casas, en quien "aflora la mala conciencia oculta en el sacrificio a gran escala en los cimientos de la economía colonizadora". Ambos se volvieron incómodos, dijo Susin, "fueron execrados en vista del bien mayor de todo un sistema colonial legitimado y bendecido por la religión de la cruz".

 

Pensar es buscar la liberación de todo dolor

 

"Pensar duele", según el fraile capuchino, quien argumentó que "se necesita fuerza interior para seguir pensando en el dolor con la esperanza de superarlo", insistiendo en que "pensar es buscar la liberación de todo dolor", y junto a ello, "vivir la fe, que no se reduce a una burocracia religiosa", definiéndola desde su sensibilidad, lo que hace que la Teología de la Liberación sea vista por Susín como "algo más que un pensamiento estrictamente intelectual", afirmando que "se ha convertido en una teología pública", siendo tomada como bandera de lucha de movimientos sociales y de personas concretas.

 

El fraile capuchino preguntó por las razones del odio a la Teología de la Liberación, actitud presente desde su nacimiento, hoy muy frecuente en el caótico escaparate de internet, donde se presenta como algo maléfico para la Iglesia, aunque, citando el pensamiento de Diogneto, "los que odian no pueden decir la razón de su odio", sino que linchan a todos los sospechosos de formar parte de ella. En este odio se unen, según Susin, "el conservadurismo y los privilegios eclesiásticos con la derecha política protegiendo o reivindicando su statu quo y teniendo en ambos espacios al pueblo como masa de maniobra".

 

Lugares teológicos de la Teología de la Liberación

 

El teólogo reflexionó sobre la memoria de los lugares teológicos, afirmando que "la Teología de la Liberación ha ganado mucho con la recuperación de la historicidad del pensamiento y de los contextos sociales y culturales en los que se piensa", lugar teológico del que "los pueblos de América Latina, con sus gritos y riquezas culturales y espirituales", son parte esencial, subrayó. Susin señaló que los seguidores de la Teología de la Liberación tienen afinidades con quienes "trabajan por la transformación de la realidad en vistas a la justicia social, la dignidad de los más pobres y los movimientos sociales que tienen la energía de la transformación".

 

Llamó a "preguntarse por el lugar desde donde Dios se revela, para que no sea un Dios fabricado por nuestros deseos", que la Escritura sitúa en "el lugar de la humildad, del grito, de lo pequeño, de los últimos y más frágiles, de los oprimidos y más vulnerables, en definitiva de los pobres, del escándalo y la locura, de los que no son nada para confundir el orgullo de los que creen que lo son".

 

Principios de la teología de la liberación

 

El principio de la liberación, el principio de la misericordia y el principio de la esperanza son principios constitutivos de la teología de la liberación, afirmando Susin que "todos tienen profundas raíces bíblicas" y están relacionados entre sí, insistiendo en que "en la teología de la liberación no hay un orden lineal y jerárquico", considerándola como algo circular, sabiendo que el círculo es "la fiesta de la Trinidad".

 

Susin mostró teologías que se apoyan en el principio de la liberación, analizando la relación entre el principio decolonial y la Teología de la Liberación, que desde el principio se posicionó "como una crítica al eurocentrismo, a la economía de mercado y a su globalización colonialista, la crítica a la colonización cultural e incluso religiosa". El teólogo hizo un llamamiento a no quedarse sólo en la denuncia, afirmando la necesidad de "mostrar la diversidad de dones, de riquezas humanas y ecológicas", buscando la conexión con el Reino de Dios, de "un Dios que se acerca, que desciende en kénosis", porque "no hay transfiguración sin cruz".

 

El teólogo insiste en que "hay muchas razones para que la teología luche, es un principio de liberación, para dar una condición de agonía a los que están en muerte inminente. Junto a esto, el principio de misericordia, que es la sensibilidad, la compasión que une a los que están realmente en una condición de muerte inminente". En cuanto al principio de esperanza, lo definió como "aquel que mira más allá de la batalla, mira al futuro, aunque el presente sea muy difícil. Lucha contra toda esperanza, pero siempre lucha. La Teología de la Liberación tiene este aspecto de lucha, junto con las luchas populares, las luchas de los movimientos sociales, esas luchas que hacen que la historia se mueva. Y esta movilidad es radical precisamente porque se hace en este abismo entre la vida y la muerte”, concluyó.

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