12 de Junio de 2023
[Por: Alirio Cáceres Aguirre]
Un solo acontecimiento, varias narrativas, múltiples interpretaciones. Con respeto a la diversidad hermenéutica que, sin duda, enriquece el horizonte de sentido que se halla tras la extraordinaria noticia del hallazgo de los cuatro niños sobrevivientes al accidente de la avioneta en la Amazonía, me permito compartir algunas reflexiones ecoteológicas desde mi punto de vista (o tal vez, simplemente la mirada de un punto en esta vasta selva de experiencias y percepciones).
Me sitúo en la Fiesta Católica del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus Christi) celebrada litúrgicamente durante el fin de semana y que culturalmente, las familias campesinas han ligado a las primicias de la cosecha. Por eso, el multicolorido de las frutas y las flores acompaña las procesiones con la hostia consagrada.
Las personas creyentes en Cristo, en la tradición de la Iglesia Católica, Apostólica, en comunión con el Obispo de Roma (por eso, "Romana") creemos que en el pan y el vino, fruto de la tierra y el trabajo de los seres humanos, se convierten - para nosotros - en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, por la acción del Espíritu Santo. Es decir, Dios se hace Pan de Vida, se transforma en alimento, es el Amor de los Amores que permanece para siempre, nutriéndonos para que comunitariamente, seamos Su Cuerpo.
Vale decir que no todos los cristianos comprendemos de la misma forma esta memoria de Jesús en la última cena (y en todas las cenas de su predicación). Por supuesto muchas personas que no confiesan nuestra fe, ponen en duda la presencia viva del Señor en la hostia consagrada. Un interesantísimo debate entre razón y fe.
No sobra decir que mi experiencia de Dios me lleva a afirmar que Jesús está vivo en aquel humilde pan, que la Eucaristía cuyo significado es "acción de gracias" estalla en cantos, danzas, silencios y llantos al contemplar la profundidad del Amor Divino que permanece en el sagrario. Sólo que para mí, y para muchos discípulos misioneros del Evangelio, la misa implica misión. La eucaristía tiene una dimensión comunitaria. No se puede honrar el Cuerpo de Cristo en el templo sin honrar el Cuerpo de Cristo presente en los hermanos sufrientes, hambrientos, desnudos, llagados... El banquete eucarístico no será pleno mientras haya personas muriendo de hambre.
Pero también la Eucaristía tiene una dimensión cósmica. Toda misa se celebra sobre el altar del mundo. La tierra (Hermana Madre Tierra en la espiritualidad de San Francisco de Asís), los frutos de la tierra, el trabajo de mujeres y hombres, se convierten en "Pan y Vino de Amor, en el Cuerpo y la Sangre del Señor", como dice una popular canción. Comulgar sacramentalmente es comulgar con el Proyecto de Dios. Poncho Franco en la misa colombiana lo expresa bellamente "comulgar es compartir, el destino de Jesús, es servir a los hermanos y en el medio hacerse luz, es comulgar en la vida con los que sufren en cruz...". Es decir, la comunión (desde la primera comunión hasta la última) no es un acto mágico, aislado, descontextualizado sino una vivencia profunda de amor que se ofrece hasta el extremo. Una común unión con Dios a través de la comunión consigo mismo, con los demás hermanos humanos y las demás hermanas que son creaturas nacidas de la bondad inmensa y desbordante del Creador. Hasta aquí hay amplios temas para debate teológico. Bienvenido en el cabal respeto.
Pero sigo en mi intento de una hermenéutica ecoteológica intercultural del acontecimiento de los niños de la familia Ranoque Mucutuy, de la etnia witoto, en la espesura de las selvas del Guaviare. Los militares llamaron la Operación Milagro, pero uno de los sabedores nativos ha criticado el uso de la palabra milagro por considerarla colonial e ignorante de las dinámicas de la selva. Ya he insinuado que la expresión "Cuerpo de Cristo", incluso "Corpus Christi" (en latín) promueve un debate de significados interreligiosos, en la misma historia del cristianismo, las diferentes vertientes del catolicismo y en la comprensión práctica del Misterio, en personas que adoran a Jesús Sacramentado presente en el sagrario, en la custodia, en la patena, pero son incapaces de adorarlo en el templo vivo de la humanidad y mucho menos en el santuario de la Creación, cuyos bienes están destinados eucarísticamente a ser compartidos - como familia de Dios - en justicia y paz.
En este marco, medito en el "pan de vida" que sostuvo a Lesly, Soleiny; Tien Noriel y la bebé Cristin Neriman. La fariña es un alimento propio de la Amazonía, como lo era el pan ázimo para el pueblo de Israel. Requiere de un trabajo previo para ser consumido. Hay un tipo de mandioca o yuca "brava" que es venenosa y debe ser procesada. Las culturas amazónicas saben ese procedimiento.
Una vez se acabó la provisión que encontraron en la avioneta accidentada, Lesly, la hermana mayor, a sus 13 años ya convertida en una sabia y valiente mujer, lideró la expedición de supervivencia. En el camino tuvieron que discernir también sobre el tipo de "pepas" (frutos) que no son venenosos. Seguir el rastro de los micos, observando lo que comen, es una forma contemplativa de comunión. Existe una hermandad entre todas las creaturas del Señor. Wilson, el perro experto en búsquedas, es el emblema de esta cercanía cada vez más cotidiana en nuestros hogares. Pero, no podemos olvidar la amenaza de las serpientes, hormigas, tarántulas, felinos en la selva y la necesaria inteligencia humana para protegerse de sus instintos y preservar así la propia vida.
En esa inteligencia, sobresale el instinto maternal que fundamenta la cultura del cuidado. Magdalena, la mamá de los niños, nacida en la etnia Muinane, a sus 33 años, en su agonía de 4 días, alcanzó a orientar a sus hijos. Todo un parto a la Vida Eterna. Ella se convirtió en espíritu y los protegió, dijo uno de sus compañeros indígenas. La dimensión ecológica de la Eucaristía está llena de saber y sabor femenino. Lo ecológico siempre remite al hogar. La ecología integral propuesta por el Papa Francisco es conciencia de las interrelaciones de la vida bajo un mismo techo. El cuidado de las interconexiones en la maloca de la existencia. "Todo está interligado".
Mi reflexión de Corpus Christi agradece la valentía de las mujeres al alba de que aquel día en el que María Magdalena anunció el triunfo de la Vida sobre la muerte. Honro con mi humilde palabra a la señora Magdalena. Brilla para siempre la luz de su amor. Brilla en Lesly quien heredó su legado. "Hagan esto en memoria mía" se lee en el texto del Evangelio que, para nosotros, son Sagradas Escrituras, pero que estoy seguro, en otros códigos culturales, en otras expresiones religiosas y en otros lenguajes, apuntan a lo mismo, al AMOR como fuerza universal que trasciende las adversidades y colma el universo de sentido. ¿Algo más eucarístico que un abrazo de Paz entre soldados del Ejército y la Guardia Indígena?
Uno de los sabedores dijo "necesitamos conocernos para abrazarnos" y el comandante militar, sin perder su identidad de fe, valoró el trabajo de equipo en la diversidad de creencias. Un gran ejemplo del Diálogo Social que el Papa promueve en Fratelli Tutti ( Hermanos Todos). La Cultura del cuidado empieza por una Cultura del Encuentro. Los niños perdidos en la selva son la alegoría de la causa común que derrumba los muros de la intolerancia y construye loa puentes de la hermandad. Ya García Márquez había descrito una utopía semejante en la famosa proclama por un país al alcance de los niños. Y así, indígenas sin uniforme y soldados con sus camuflados, cada quien con lo suyo, caminaron juntos, anduvieron en compañía, eso es lo que justamente significa "Sinodalidad", ("SIN" - "ODOS"), caminando hasta el umbral del riesgo, hasta los recónditos secretos de la selva. Para algunos "los bosques húmedos tropicales", para otros "la Madre Selva"; para unos, amenaza de muerte, para otros, protectora de la vida. Sólo a través del diálogo cultural de saberes, es posible lo imposible. Cada quien con su plegaria y con su rito, pero en COMUNIÓN de esperanza.
Han sido 40 días de incertidumbre. En la Biblia, el "40" tiene un significado de totalidad, un ciclo en el que la acción de Dios se hace evidente. Ojalá esta cuaresma de la sociedad colombiana que se unió en plegarias por la vida de estos niños, tras su éxodo ya no en un desierto, sino en el verde mar de la biodiversidad; este diluvio de impactos emocionales y físicos en un contexto de amenazas intrafamiliares, por grupos armados, por fieras de la jungla, conlleve a una ascensión en el que la Pascua sea celebrada en la comunión sagrada con todo lo creado para que la Vida prevalezca. Si desde el cielo se enviaron kits con alimentos pensados desde las ciencias médicas y las sabidurías ancestrales, que el "Maná" sea don de Dios como fruto del trabajo mancomunado de los diferentes actores de una sociedad tan pluriétnica, biodiversa y polivalente.
Desde el corazón biológico del planeta, en el mes del Sagrado Corazón de Jesús y en el país del Sagrado Corazón de Jesús, esta celebración del "Corpus Christi" marcada por esta maravillosa noticia de la "perdida y hallazgo" de las niñas y niño en la Amazonía, nos mueve a tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús, Nuestro Señor. Gracias al Creador por esta Buena Noticia (Evangelio) de la supervivencia, la hermandad cósmica y la sinodalidad. Podemos cantar al sol, los arrullos con los que aquel hombre indígena consintió tiernamente a la bebé en los primeros momentos del hallazgo. Un sol que apenas se ve en la tupida floresta, pero un sol simbólico que hace ver claro. También en su lengua, Francisco de Asís, le cantó al sol que le recordaba al Dios Altísimo y su significación. Su corazón juglar entonó Laudato Si, Alabado Seas, Loado Seas, Oh mi Señor. La historia de los hijos de Magdalena: Lesly, Soleiny; Tien y Cristin, es una historia Laudato Si´, que puede ser interpretada en clave de Ecología Integral. Que cesen los ruidos de los fusiles, las motosierras y los puñetazos. Que el Espíritu Santo converse con los espíritus de la selva para que el Sueño eclesial, integre el Sueño Social, Cultural y Ecológico. Arrullemos a las nuevas generaciones cantando Laudato Si´ para salvaguardar la vida en nuestra casa común.
PARA LEER ALGO MÁS:
Crónica del rescate de los niños perdidos en la selva del Guaviare https://casamacondo.co/jose-castano/rescate-ninos-perdidos-selva-guaviare/
El propósito de Lesly y los secretos de la selva
Imágenes testimoniales del encuentro de los niños: https://youtu.be/5ns3KHFobVI
La sabiduría ancestral en la búsqueda de los niños: https://youtu.be/WOyRXlJCLgo
Alirio Cáceres Aguirre
@DiaconoOikos
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