02 de Junio de 2023
[Por: Luis Miguel Modino | Religión Digital]
La Iglesia de América Latina ha asumido en las últimas décadas el método ver – juzgar – actuar como camino. Una metodología presente en el XX Congreso Latinoamericano y del Caribe de Cáritas, en el que participan unos 120 representantes de los diferentes países del continente, en Puerto Rico, con otros participantes en modo virtual.
¿Dónde estamos como Iglesia y como Cáritas?
Una oportunidad para reflexionar en busca de caminos de futuro, una dinámica que parte de la realidad eclesial y social, del ver, que ha contado con diferentes voces para iluminar la toma de decisiones. Una de ellas ha sido Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, que analizando la realidad eclesial en el continente se preguntaba: “¿Dónde estamos como Iglesia y como Cáritas?”.
La secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina partió de la idea de que “hay que hablar de la riqueza, porque vivimos hablando de los pobres”, insistiendo en que “hasta que no hablemos de la riqueza no vamos a solucionar la pobreza”. Se trata de visibilizar que la riqueza va mucho más allá de la renta, llamando a reconocer la riqueza de la Creación. Emilce Cuda, inspirada en la Biblia, dijo traer una Buena Noticia, “el continente latinoamericano es maravilloso y estamos en el mejor de los mundos posibles, y tenemos las mejores condiciones para predicar y actuar el evangelio”.
Estamos muy bien
La teóloga argentina dijo que “estamos muy bien”, y basó su afirmación en tres motivos: en primer lugar, el pobre y el trabajador no es el otro, sino nosotros. Un segundo motivo, tenemos un Papa latinoamericano, y Caritas son latinoamericanos hablando de América Latina, y eso es una gran noticia, insistió la secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina. Un Papa, resaltó, “que viene de América Latina y su Magisterio social y pontificio también viene de un Magisterio episcopal social, que es el Documento de Aparecida”, nutrido de las prácticas de organizaciones como Cáritas, cuyas experiencias también son parte del fundamento del actual Magisterio Pontificio, que no es sólo de Bergoglio, sino también de los obispos de todo un continente, un Magisterio que, según la teóloga argentina, “los latinoamericanos no tenemos excusa para decir que no es entendido”.
Un concepto que destacó fue el de discernimiento evangélico social comunitario, una práctica muy presente en el continente, que el Papa jesuita ha llevado a la Iglesia universal, pues no podemos olvidar que el discernimiento es un concepto ignaciano. Emilce Cuda hizo ver que la deuda externa que tienen los países latinoamericanos hace que cada niño que nace, lo haga con una deuda impagable. La teóloga insistió en no hablar de recursos, hablar de riqueza, “Latinoamérica no es un recurso para el resto del mundo, es una riqueza para que todos tengamos vida en abundancia”, recordando Aparecida.
América Latina ejemplo de evangelización coordinada eclesialmente
Una riqueza, que Cuda definió como tercer aporte, y que está en la organización. Por eso no dudó en afirmar que “América Latina está a la vanguardia en la capacidad de organización eclesial”, citando el Celam, la organización episcopal en América Latina, como ejemplo de una evangelización coordinada. Hay un continente organizado episcopalmente, pero la gran novedad es la organización eclesial que existe en el continente, en la que participan obispos, laicos, diálogo ecuménico, organizaciones populares, ONGs, insistió la secretaria de la CAL, destacando la riqueza y novedad de una organización eclesial que complementa y agranda lo episcopal, ayudando a solucionar problemáticas regionales.
Mostrando la importancia de Laudato Si y Fratelli tutti, la teóloga argentina llamó a fijarse en el título en el que se habla sobre el cuidado de la casa común, insistiendo en el cuidado. Según Cuda, “podemos organizarnos de manera eclesial, episcopal o civil, pero el tema es en función de qué lógica”, que desde Laudato Si nos lleva a percibir que “hay que cambiar la lógica de la productividad en función de la renta y la acumulación exclusiva, por una lógica que es la del cuidado”, que conlleva un nuevo modo de organización, no en función de los recursos y sí del cuidado de las riquezas. Desde ahí, insistió en que “Cáritas sabe que toda acción de cuidado es un trabajo, pero también que todo trabajo es cuidado” y que todos cuidamos. Por eso la importancia de la experiencia mística comunitaria que Caritas tiene en ese campo y que puede aportar a otras organizaciones.
Coordinar experiencias de solidaridad
Refiriéndose a Fratelli tutti 169, Emilce Cuda destacó la importancia de las experiencias de solidaridad que nacen desde abajo, ante lo que insistió en la necesidad de coordinar experiencias de solidaridad en diferentes ámbitos, que se deben convertir en instituciones solidarias, recordando las palabras del Papa que definen la solidaridad como una institución, de lo que considera que Cáritas es un ejemplo. Experiencias que tienen que confluir y ser coordinadas para hacerse efectivas, insistiendo en la coordinación. Para hacer eso, citando al Papa Francisco dijo que tenemos una brújula, que es el Evangelio, una herramienta, que son las redes eclesiales, y un ancla, que es la esperanza, que Cuda ve como las tres virtudes teologales expresadas en términos sociales, afirmando que “la esperanza es el dínamo que hace que la pasión se convierta en acción comunitaria”.
El Papa Francisco en sus catequesis sociales de 2020 habla de cuidar al mundo, y para eso “poner con relación a las virtudes teologales con las virtudes cardinales, y eso es Cáritas”, insistió. En ese sentido, su secretaria hizo ver que, en la nueva Constitución de la Curia Romana, “la CAL está para el cuidado de la vida y el desarrollo”, que se tiene que hacer de manera coordinada, en sinodalidad concreta, y que es importante que se lleve a cabo en diálogo entre las diferentes redes eclesiales existentes, compartiendo las riquezas que se tienen, multiplicando así los talentos.
Trabajo de la CAL: construir puentes
Con relación a la CAL destacó el trabajo que se está realizando en la conexión Norte-Sur como camino para resolver los problemas existentes, relatando experiencias concretas realizadas, como fue “Construyendo Puentes”, un diálogo del Papa Francisco con jóvenes universitarios del Norte y el Sur del continente, y en otro momento con jóvenes universitarios africanos, que expresaron sus clamores, ante lo que el Papa mostró como camino la organización a partir de su realidad, una experiencia que también será realizada en Asia.
Una organización que debe tener como fundamento el armar comunidad, con una mística eclesial y social, insistió Cuda, “y desde ahí logre que sus necesidades sean reconocidas como derechos”, una lucha histórica que ha hecho que hoy se tengan derechos, que en el caso de la Iglesia tiene como referencia los cuatro principios de la Doctrina Social de la Iglesia: dignidad humana, acceso universal a los bienes, solidaridad y subsidiariedad, que son el ancla que va a permitir salir adelante.
Para ello defendió la idea del puente como modo de entender el diálogo social, que busca solucionar el conflicto de intereses, analizando los diferentes elementos que contribuyen a ello, insistiendo en la organización, algo que la Iglesia tiene, citando diferentes ejemplos de ello en América Latina, que considera “columnas sólidas para que haya diálogo social”, lo que tiene que llevar a la Iglesia a dejar de quejarse.
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