Mini-biografía de San Óscar Arnulfo Romero

03 de Marzo de 2023

[Por: Juan Manuel Hurtado López]




San Oscar Arnulfo Romero nació el 15 de agosto  1917 en Ciudad Barrios, El Salvador. Su padre, Santos Romero, era el telegrafista del pueblo. Su madre, Guadalupe Galdámez, era una mujer muy religiosa. En su casa rezaban el rosario a diario. A los cuatro años Oscar Romero sufre una poliomielitis que lo afecta mucho, aún en el habla.

 

A los 13 años entra al Seminario menor de San Miguel, ahí enseñaban los padres claretianos. A Romero le gustaba la música, la predicación, el canto. Era buen orador.

 

El obispo de San Miguel lo mandó a estudiar a Roma a la Universidad Gregoriana en 1937, junto con otro seminarista. Se ordenó en Roma el 23 de marzo de 1940. En Roma practicó los Ejercicios Espirituales de San Ignacio.

 

Debido a la II Guerra Mundial y a los continuos bombardeos sobre la ciudad, debió abandonar Roma en 1943.

 

Romero es párroco de Amorós en 1944. Es muy estricto consigo mismo en su espiritualidad, hacía ayunos y penitencias. Conocía los problemas sociales y se interesaba en cómo solucionarlos. Trabajaba demasiado hasta enfermarse, tanto que el obispo lo obligó a tomar unas vacaciones de tres meses.

 

Romero se apasionó por el Concilio Vaticano II y daba a conocer sus documentos en el periódico diocesano. Para Romero, volver al Evangelio es la nota esencial del Concilio Vaticano II. El 8 de junio de 1967 es nombrado secretario de la Conferencia episcopal de El Salvador.

 

En 1970, a los 53 años,  es nombrado obispo auxiliar de San Salvador. En 1974 es nombrado obispo de Santiago de María. Su lema como obispo fue: “Sentir con la Iglesia”.

 

De 1977 a 1980, fecha de su martirio, Romero entra en conflicto con el gobierno. 

 

En esos años, 1972 y 1977, el gobierno había hecho fraudes electorales. Esto provocó mucho descontento en la población. Los ricos imponen en el gobierno a quienes ellos quieren. Esto exacerba a los que buscaban un cambio. El gobierno era militar y apoyaba a la oligarquía, había muchos pobres. 14 familias, eran dueñas de todo el país y hacían lo que querían a su antojo. Esto causó el surgimiento de varios grupos guerrilleros y organizaciones populares que exigían un cambio. Eran  personas que soñaban una revolución para cambiar ese estado de estructuras injustas. La respuesta por parte de los militares fue crear escuadrones de la muerte, grupos de sicarios que reprimían con lujo de violencia, las víctimas eran mutiladas y desfiguradas; esto se hacía como escarmiento para que la población no entrara a la guerrilla o al movimiento popular.

 

A Mons. Romero le apasionaba la justicia, los derechos humanos, el bien común, el protagonismo de los pobres, los problemas sociales.

 

Arzobispo de San Salvador

 

El 3 febrero de 1977 fue nombrado arzobispo de San Salvador y asume la arquidiócesis el 22 de febrero. Es la etapa convulsionada social y políticamente de El Salvador.

 

El 12 de marzo de 1977 cae asesinado el P. Rutilio Grande, íntimo amigo de Romero, junto con dos campesinos. Esto impactó fuertemente a Romero y lo hizo replantearse su misión al lado de los campesinos, perseguidos y de quienes luchaban por la justicia. Y esto llevó a Romero a chocar con el Gobierno de Molina y a exigirle explicaciones de los sacerdotes expulsados del país, de la persecución a catequistas y sacerdotes y la falta de libertad para ejercer su labor.

Por parte de la prensa, manejada por la clase en el poder, se descalificaba y atacaba a la Iglesia en su conjunto, sobre todo a los sacerdotes, catequistas y agentes de pastoral comprometidos en el campo social.

 

Era tanto el acoso por parte de las fuerzas armadas contra la Iglesia, que el 17 de mayo de 1977, 2 mil soldados se dirigieron a la ciudad de Aguilares, parroquia de Rutilio Grande, y con lujo de violencia registraron casa por casa, mataron a algunos campesinos (algunos dicen que 100), expulsaron a tres sacerdotes jesuitas y profanaron la Iglesia, sacando las hostias del sagrario, las tiraron por el suelo y las pisotearon. Mons. Romero protesta enérgicamente ante el Presidente de la República, Molina. Este acontecimiento de Aguilares convenció a Romero de que la Iglesia era perseguida.

 

Según Mons. Romero, en El Salvador había tres idolatrías, causa de la situación de muerte e inseguridad: la idolatría del dinero, la idolatría de la Seguridad del Estado y la idolatría de la organización cuando ésta se busca a sí misma, antes que los intereses del pueblo. Romero no negaba toda lucha a favor de la vida, pero se oponía al fanatismo con el que a veces se encerraban, tanto de derecha como de izquierda.

 

A lo largo de 1977 hasta 1980 se sucedieron los secuestros, asesinatos de sacerdotes, catequistas, luchadores sociales. Bastaba tener una Biblia en casa para que una persona fuera asesinada. En 1979 se registraron 600 asesinatos. 

 

En sus homilías de catedral Mons. Romero iba a fondo y denunciaba la miseria y la injusticia que reinaban en el país. Eran muy claras sus homilías y todo mundo en El Salvador las escuchaba por radio y entendía su lenguaje. Eran la orientación para seguir adelante buscando el respeto a la vida, a la libertad, al bien común, a los derechos humanos.

 

Una vez dijo Mons. Romero: “Es preciso botar tantos  ídolos, el del yo ante todo, para que seamos humildes y solo desde la humildad sepamos ser redentores, sepamos ser colaboradores de la verdadera colaboración que el mundo necesita” (Oscar Romero, 103).

 

Su muerte

 

Mons. Romero había recibido amenazas de muerte desde su primer año como arzobispo de San Salvador: cartas anónimas, llamadas telefónicas, los fieles que habían oído de las amenazas, se las comunicaban. Mons. Romero sentía miedo a ser asesinado y lo confesaba. No quiso llevar una protección especial, viajaba solo en su automóvil. Pero a la hora de predicar era un valiente profeta que amaba a los pobres y los defendía. En una entrevista llegó a decir: “Si me matan, resucitaré en la lucha del pueblo salvadoreño”. Y añadió: “Si esto llegara a ocurrir, desde ahora perdono a los que lo hicieren”.

 

El día 23 de marzo predicó su famosa homilía de la que escucharemos un fragmento […] El 24 de marzo de 1980, al estar celebrando la Misa en la capilla de la Divina Providencia, a la hora del ofertorio, fue asesinado por un sicario contratado a sueldo. Era una bala de fragmentación. Mons. Romero perdió mucha sangre y murió al llegar al hospital.

 

Mons. Romero fue beatificado el 23 de mayo de 2015 y fue canonizado el 14 de octubre de 2018 por el Papa Francisco.

 

* Estas notas están recogidas en general de la siguiente obra: MOROZZO DELLA ROCCA, Roberto, Óscar Romero =Talita Kum Ediciones= Buenos Aires, 2015.

 

Imagen: https://www.udep.edu.pe/hoy/2015/05/beato-oscar-romero-constructor-de-la-paz/ 

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