15 de Diciembre de 2011
Los restos del maestro Julio Castro, hallados bajo una capa de silencio amasada con cal y tierra en el Batallón No. 14, con manos y tobillos atados con alambre, costillas fracturadas y ejecutado con unbalazo que le hizo estallar el cráneo. Aquel disparo cobarde golpeó a la sociedad uruguaya y el Presidente Mujica urgió una reacción a la cúpula del Ejército. Que esto ocurra en el año del bicentenario es la prueba palmaria que junto a muchos logros en este país, aún quedan tremendas ausencias para llorar y dolores para aliviar. Mons. Pablo Galimberti
Los restos del maestro Julio Castro, hallados bajo una capa de silencio amasada con cal y tierra en el Batallón No. 14, con manos y tobillos atados con alambre, costillas fracturadas y ejecutado con unbalazo que le hizo estallar el cráneo. Aquel disparo cobarde golpeó a la sociedad uruguaya y el Presidente Mujica urgió una reacción a la cúpula del Ejército. Que esto ocurra en el año del bicentenario es la prueba palmaria que junto a muchos logros en este país, aún quedan tremendas ausencias para llorar y dolores para aliviar. Mons. Pablo Galimberti
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