[Por: José Beltrán | Vida Nueva Digital]
Las lágrimas se presentaron de repente. Como irrumpen siempre que las palabras nacen de lo profundo. Sin avisar. Cuando el corazón estalla, el llanto se apodera de la mirada. Eso es lo que le sucedió esta tarde al Papa, cuando rezaba en voz alta su plegaria ante la imagen de la Inmaculada Concepción frente a la Embajada de España ante la Santa Sede. Francisco tuvo que interrumpir sus palabras por el sollozo que le atrapó…
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