[Por: Tere y Luis Van de Velde]

… Monseñor Romero habla de “pobreza pecadora”.  La situación desesperante del hijo pródigo (de la parábola del Buen Padre) es pobreza pecadora, porque es fruto de su propia mala cabeza.  Es una situación de pobreza que resulta de búsquedas de falsa felicidad.  La violencia social que viven Guatemala, El Salvador, Honduras – aunque tienen raíces en el sistema económico neoliberal excluyente – es expresión de esa pobreza pecadora.  Tantos jóvenes y adultos jóvenes y adultos que prefieren vivir de extorsionar a otros (pobres), a exigir renta semanal, que prefieren matar, que optan por el camino del consumo (y comercio) de drogas, que tatúan sus cuerpos con símbolos de su organización destructora de vida, viven al fin y al cabo en “pobreza pecadora”.  Tarde o temprano llegan o bien a la cárcel o al cementerio.  Situaciones semejantes viven quienes son víctimas del alcohol, de drogas, de los juegos de azar…

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