[Por: Luis Van de Velde]

Aquellos que están familiarizados con las figuras y las dinámicas bíblicas de Abraham, Moisés y el Nuevo Israel entienden que Monseñor Romero está hablando aquí de un lenguaje innovador.  Dice a los pobres (y a los solidarios con ellos) -pues eran su público- que están llamados precisamente con la enorme tarea de ser Abraham, Moisés y el Nuevo Israel.  Salir de la situación inhumana de la vida en busca de un futuro, liberar al pueblo de la explotación y la opresión, y formar toda una nueva nación, construida sobre la justicia y la fraternidad. De eso se trata.  El pueblo mismo está llamado a recorrer ese camino con Dios. Monseñor Romero sabe que en el corazón de los pobres (la gente herida) grita la libertad y la esperanza. Sabe que son "portadores del canto de la victoria".  Están llamados a "ir con Dios". Ellos y nosotros somos los invitados.  ¿Nos atrevemos a creerlo?   Dios mismo nos habla con las palabras de Monseñor Romero: Ustedes son Abraham, Ustedes son Moisés, ustedes son mi nuevo pueblo…

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