¡Mantengamos nuestro pensamiento incompleto! Nuestras cosmovisiones están navegando

03 de Julio de 2022

[Por: Margot Bremer, RSCJ]




¡Mantengamos nuestro pensamiento incompleto!1 Nuestras cosmovisiones están navegando

 

“El conocimiento es navegar 

en un océano 

de incertidumbres 

a través de arquipiélagos de certezas”

Edgar Morín 

 

Hoy más que nunca nos sentimos identificados con esta experiencia que Morín nos comunica en sabias palabras: los arquipiélagos de certeza parecen lejos de nuestra vista y así aparentemente estamos navegando sin horizonte. En este alta mar nos anima una palabra del papa Francisco: Mantengamos nuestro pensamiento incompleto”1. 

 

Ya hace décadas hemos constatado que estamos arrojados no solamente a la existencia (cf. Hegel), sino también a un cambio de época y a la vez a un cambio de mentalidad. Con eso, nuestra cosmovisión necesariamente también está en un proceso de cambio. La pandemia con su trágico impacto en nuestra vida social, ha acelerado todavía más este dinamismo. A pesar de haber impedido la realización de los contactos habituales, esta crisis nos ofreció una oportunidad impensable gracias a la moderna tecnología. hemos aprendido las luces y sombras de ella que nos hizo reconocer a la vez lo inacabado de nuestro propio conocimiento y de nuestra cosmovisión que no puede reemplazar la tecnología.

 

El bioma es el territorio de las Cosmovisiones

 

Cada cosmovisión es el producto colectivo de un pueblo que se ha hecho una imagen del mundo. Hay tantas cosmovisiones como hay biodiversidades en el mundo. Cada una ha nacido en un bioma determinado con la gente que lo habita y refleja una visión particular del mundo marcado por el lugar donde vive. La multiplicidad de vida en cada territorio concreto está estrechamente interconectada y forma una unidad en interdependencia. Podemos decir que es la misma tierra con su vida la que está formando la cosmovisión de sus pobladores. El lugar de la tierra había inspirado a sus habitantes de ver su manera especial el mundo. Lo han interpretado desde la realidad de su origen que sería a la vez el destino para ellos a caminar hacia su plenitud. Pero estamos experimentando que nuestras cosmovisiones están sometidas a crecimientos y modificaciones al chocar con otras cosmovisiones distintas2 ya que las preguntas existenciales nunca satisfacen de todo. Por esa razón la búsqueda es permanente y siempre abierta e incompleta lo que también transforma la imagen de nuestra cosmovisión y con ella ciertas actitudes determinadas frente a la vida.

 

Hay dos factores negativos que causan  los grandes cambios en nuestras cosmovisiones: el cambio climático y un terricidio que se produce en todo el planeta a causa de un modelo global, concentrado en el empresarial y extractivo que con sus monocultivos acaba con nuestros  bosques y envenena nuestra tierra, nuestro agua y nuestro aire con agrotóxicos. Así lo expresa un grupo de mujeres indígenas en un encuentro de los pueblos y naciones internacional3.

 

La civilización ha generado muerte y contaminación en todas las vidas de los territorios ancestrales. Nuestro dolor de estas pérdidas es irreparable, pues el uso irresponsable de políticas paliativas con rimbombantes nombres de reparación histórica es una falta de respeto en dimensión del daño ocasionado”3.

 

El mismo papa Francisco reconoce la cosmovisión telúrica de los pueblos indígenas cuando dice: 

 

 ellos no ven en la tierra un recurso a explotar, sino un regalo del cielo. La tierra es un escenario vital que permite ver la vida de cada individuo como parte de una red mayor de relaciones con el Creador, con la comunidad humana, con todas las especies vivas y con la tierra4. 

 

También cada religión se expresa en la cosmovisión de una cultura concreta nacida en un territorio concreto. 

 

El cambio de época nos hace constatar que estamos en movimiento: nuestra Weltanschauung está en transición.

 

Ecología integral, un encuentro socio-ambiental 

 

La gente de América Latina tiene la vida, la visión del mundo y la propia cultura “pegada a la planta de sus pies” como lo reflexionábamos en la bimestral de febrero 2022. Tiene una cosmovisión telúrica, inseparablemente arraigada a la tierra y desde este horizonte, el comportamiento humano se realiza prioritariamente en forma de una triple interrelación Tierra-Dios-Humanidad; herencia de los pueblos originarios de esta tierra, basada en una “ecología integral”.

 

La palabra ecología proviene de oikos “casa” y logía se deja traducir con “ciencia”, “conocimiento”. Así literalmente la traducción sería: “ciencia de la casa”, “conocimiento del habitat”. El sentido de esta palabra ha gozado una ampliación mediante la encíclica Laudato Sí, en donde el papa añade el adjetivo “integral” a “ecología” dándole un nuevo significado: pues como “ecología integral” la humanidad está liberada de su antropocentrismo y enfocada como parte de vida (bios) de la tierra; una nueva visión biocéntrica.

 

Esta ampliación de nuestra cosmovisión del mundo, nos hace comprender que la tierra es nuestro hogar, la casa común de toda clase de vida. Tal nueva visión de la tierra y de la humanidad requiere una nueva corresponsabilidad, pues nosotros, los humanos, somos la tierra consciente, comprometidos con su permanente revitalización. Tal visión nueva evoca una nueva mentalidad.  

 

En Laudate Si aclara el papa que la tierra nos precede y nos ha sido dado: no somos los dioses ni los dueños de todo lo creado. Tiene leyes internas que el ser humano debe respetar así como debe respetar los DDHH (LS 69). Si rompemos nuestra relación con la tierra, nos deshumanizamos y nos desnaturalizamos (LS 66). Olvidamos tantas veces que ”cada creatura habita el Espíritu vivificante de Dios que nos llama a una relación con él” (LS 88). Consecuentemente estamos hechos para una unión estrecha con todos los demás organismos vivientes dentro de una com-unión universal; pues “la naturaleza, además de manifestar el proyecto de Dios, es lugar de su presencia” (LS 88). Solamente esta comunión socio-ecología refleja el verdadero rostro y pensamiento de su Creador: Es”el Evangelio de la creación” (L.S. II, título).

 

Cosmovisiones de los Pueblos Originarios de Abya Yala 

 

Hoy estamos recurriendo a los saberes ancestrales de los primeros habitantes de este Continente. Por primera vez nos abrimos y queremos aprender de ellos. Según la cosmovisión indígena, todos los seres de la naturaleza son seres con vida propia: el agua, el sol, el árbol, el pájaro, la montaña… Todos tienen un canto especial, también la tierra, y se relacionan entre sí. Por eso, el ser humano, por su constitución, está llamado a relacionarse con todos los seres vivos en la naturaleza.

 

En el mundo guaraní el modo de vivir la relación cósmica, está sostenido en estrecha reciprocidad con la tierra. Los indígenas se conciben como parte de la tierra cuando dicen: “Pertenecemos más a la tierra que ella a nosotros”. Están conscientes que la tierra y el agua pueden vivir sin ellos, pero ellos no sin la tierra con su agua. Son principios divinos para vivir el equilibrio vital comunitariamente con los otros seres vivos del bioma que habitan juntos.  La estrecha relación de su vida con las inestabilidades y desequilibrios de su entorno, les obliga someterse cada vez a renovaciones para re-establecer el equilibrio y la armonía del bioma, ya que su cosmovisión está centrada en la vida misma como con-vivencia. Su cosmovisión no es biocéntrica sino antropocéntrica.

 

La vida de la naturaleza es para ellos un conjunto de relaciones que se entrelazan y se renuevan permanentemente dentro de su ecosistema: ríos, cerros, lagos, llanuras son manifestaciones divinas para ellos que les invita como palabra divina, formar con toda la biodiversidad una red de vida. Perciben la inmanencia del Recreador en estas interrelaciones,  el “Dios Relación”5. 

 

Para los pueblos originarios existen unos principios irrenunciables que caracteriza sus cosmovisiones y que pueden servirnos también a nosotros como sólidos “arquipiélagos de certezas” humanas:

 

-principio de la interrelación formando unidad en la diversidad

-Principio de la interdependencia ya todo está interconectado por necesidad mutua

-Principio de reciprocidad practicando el jopoi en dar y recibir 

-principio de incertidumbre con certezas en transición

-principio de la probabilidad con apertura a sorpresas impensables

-principio de armonía complementaria llegando al suma kawsay (Buen Vivir) 

-principio de considerarse parte de la tierra viva: Pacha Mama (teluriocéntrico no antropocéntrico)

-principio de una vida posible para todos en esta tierra caminando juntos hacia la yvy marane´y la Tierra sin Mal6. 

 

Vemos que hay principios en la vida de la tierra que los pueblos indígenas conocen y los que nosotros hemos ignorado o rechazado por mucho tiempo. Ha llegado la hora de abrirnos a estos nuevos horizontes que ellos nos ofrecen y reconocer en ellos los principios fundamentales de la propia vida humana. 

 

En un inter-aprendizaje podemos aprender de ellos que “en la selva no solo la vegetación está entrelazada sosteniendo una especie a otra, también los pueblos se interrelacionan entre sí en una red de alianzas…La selva vive de las interrelaciones e interdependencias y esto ocurre en todos los ámbitos de la vida.”7 De este modo vemos que la cosmovisión indígena ofrece una visión integradora de toda la biodiversidad eco-humana que “es capaz de comprender las múltiples interconexiones existentes entre todo lo creado. Contrasta con la corriente dominante del pensamiento occidental que tiende a fragmentar para comprender la realidad, pero no logra volver a articular el conjunto de las relaciones entre los diversos campos de conocimiento (ibid 44).

 

Conclusión: Nuestras Cosmovisiones están en Transición

 

Hemos constatado que estamos en un proceso de transición de un modo de ver el mundo a otro modo. Múltiples encuentros y diálogos con otras cosmovisiones nos han llevado a esta observación. Las cosmovisiones indígenas pueden orientarnos en nuestra transición porque se han desarrollado junto en y con la tierra en la que nosotros hoy vivimos. El encuentro con la cosmovisión original de este Continente nos podría conducir desde un nuevo modo de ver el mundo a un nuevo modo de ser y estar en el mundo.

 

Hemos descubierto que nuestras cosmovisiones no son eternas, sino dinámicas, están en permanente dinamismo. Se expresan en visiones, metáforas, símbolos y palabras de la época en que vivimos y se renuevan por el cambio del contexto al cual necesitan adaptarse.

 

Nuestras tradicionales cosmovisiones están navegando hoy en un mar de incertidumbres y seguimos agarrándonos a nuestros antiguos “arquipiélagos de certezas”, aunque nuestra consciencia ya nos está diciendo que debemos buscar nuevas certezas que deben comenzar con la relectura de nuestros orígenes a partir de los signos de tiempos. Para esta tarea- siempre en común- se debe abrir juntos nuevos caminos donde se establecerán nuevas relaciones inéditas de testimonios, compromisos, amistades, etc. 

 

No cabe duda que ese momento de cambio de época nos invita a desprendernos de nuestra visión reducida a una visión antropocéntrica y ensancharla hacia una visión biocósmica. Son nuestros pueblos originarios que nos ofrecen esta visión que han forjado en esta tierra hace milenios. Con razón el papa Francisco nos aconseja ”mantener nuestro pensamiento siempre incompleto”. Y ya Ricardo Renshaw dijo en 2006 que “todo conocimiento humano, incluso el de la Palabra de Dios, es histórico; pasa por la mediación de las categorías limitadas ofrecidas para la conciencia humana. Nunca es total, siempre está sujeta a revisión” 8. 

 

Las cosmovisiones indígenas nos plantean hoy otra forma de relacionarnos con la tierra y con el mundo. Ellos nos pueden dar un nuevo enfoque al pensar la vida desde los problemas reales que nos interpelan   hacer desde ellos relecturas del fondo de nuestras raíces. No es imposible que nuestra actual cosmovisión de una sociedad fragmentada y tecnocratizada pueda transitar hacia otra de una comunidad de vida integral.

 

Imagen: https://quizizz.com/admin/quiz/5faaa9f8818ef9001cc2f704/mito-cosmovision-filosofia-en-abya-yala 

 

Notas

1 Palabra del Papa Francisco en su Mensaje a la Asamblea Plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL) 24-27 de mayo 2022. 

2 O también según los cambios climáticos y ecológicos, plagas, catástrofes, ocasionados por la misma mano humana, como guerras, extracciones de los recursos naturales, agrotóxicos, desertificaciones, cambios culturales. 

3 Declaración desde Chicoana:  Mujeres y Diversidades Indígenas de los pueblos naciones AvaGuaraní, Aymara, Chané, Charrúa, Chorote, Chulupí, Diaguita, Guaycurú, Huarpe, Kolla, Lule, Mapuche, Moqoit, Purépecha, Qom, Quechua, Ranquel, Simba Guaraní, Tapiete, Weenhayek,Wichi.#Declaración#BuenVivir#BastaDeTerricidio#AboliciónDelChineoYa#bastadechineo#ElGenocidioEsHoy#Parlamento#Plurinacional.

4 Papa Francisco a los pueblos indígenas de Canadá, 1 de abril de 2022

5 Como dice Eduardo Galeano que desde 1492, “la Conquista occidental castigó la adoración de la naturaleza que era pecado de idolatría, con penas de azote, horca o fuego. Una comunión entre la naturaleza y la gente, como costumbre pagana fue abolida en nombre de Dios…en nombre de la civilización”.

6 Hoy, a causa de la destrucción de la naturaleza por las empresas trasnacionales y ganaderas de extensas superficies y monocultivos, son precisamente las comunidades originarias las que más defienden el derecho a que los bosques sigan en pie, que los ríos se mantengan limpios y que sus biomas sean mínimamente protegidos Sólo en 2021, se han destruido diez millones de hectáreas de bosques en el mundo, la mayoría de ellos en África y América Latina. 

7 Sínodo de los obispos de Amazonía, Documento final, 43.

8 Ricardo Renshaw: La tierra, referencia primordial para las religiones y para la teología de las religiones, en: Por los muchos caminos de Dios IV, Teología liberadora intercontinental, ASETT, ABYA YALA, Quito, 2006

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