[Por: Tere y Luis Van de Velde]

El profeta debe tener el valor de pronunciarse ante la pasividad, la inactividad, el inmovilismo de las mayorías de la humanidad.  En términos cristianos habla del pecado de omisión como traición de la ley de Dios.   No hacer lo que está a nuestra alcance por hacer el orden más justo y equitativo, por construir la paz, por rescatar la naturaleza, por construir comunidad solidaria y dinámica, por el bien común (incluido a los más vulnerables) es oposición al Reino de Dios.   Monseñor Romero se inspira en el documento importante de la Conferencia Episcopal del Episcopado latinoamericano en Medellín (1968).  Ese documento es como la “aceptación” real y concreta del Concilio Vaticano II en la Iglesia católica latinoamericana…

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Imagen: https://sagradaanarquia.wordpress.com/2014/03/03/breve-resena-de-ignacio-ellacuria-utopia-y-profetismo-desde-america-latina-un-ensayo-concreto-de-soteriologia-historica-en-escritos-teologicos-ii-san-salvador-uca-editores-200/