[Por: Olga Consuelo Vélez]
Cuando uno ha puesto todo lo que puede para apoyar una causa y siente que no hay nada más que hacer, brota, espontáneamente, la siguiente frase: “Que sea lo que Dios quiera”. Sin embargo, es bueno reflexionar sobre esta expresión porque tiene su sentido positivo y su sentido negativo. Como positivo está el hecho de que uno deja en manos de Dios el futuro que no puede controlar y confía que Él siga presente, venga lo que venga. Pero lo negativo es que parece que Dios será el artífice de lo que suceda y esto, en realidad, no es así. Y, en este sentido podemos hacer preguntas en torno a la oración de petición, a la figura de Dios, a la responsabilidad humana. Sobre esto quiero decir alguna palabra…
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