30 de Junio de 2022
[Por: Arianne van Andel]
El derecho a decidir «de forma libre, autónoma e informada sobre el propio cuerpo, sobre el ejercicio de la sexualidad, la reproducción, el placer y la anticoncepción» es parte del artículo aprobado el pasado 15 de marzo por el Pleno de la Convención Constitucional, en el marco de los derechos sexuales y reproductivos que pasan al borrador de una nueva Constitución para Chile. Aunque las reacciones del mundo cristiano tradicional no se dejaron esperar, en esta columna quiero dar siete razones por las cuales creo que desde una perspectiva cristiana no hay razón para rechazar tales derechos sexuales y reproductivos, incluyendo la mención que se hace en torno a asegurar las condiciones para la interrupción voluntaria del embarazo. Al contrario, quiero mostrar que es más «provida» estar a favor que en contra de lo que allí se plantea, lo cual es absolutamente acorde a valores que promovemos como cristianos y cristianas…
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