[Por: Ilka Oliva Corado]
Cecilio prepara una taza de café mientras se calientan dos tamalitos de frijol en el microondas, de la mochila que lleva al trabajo saca un botecito de vaselina y se unta un poco en la yema de los dedos, los tiene rajados y le sangran de tanto cortar cerezas todo el día en el trabajo. En el supermercado mexicano que queda cerca de donde vive compra ungüentos para el dolor de espalda, gana seis dólares por bote que cuando se llena pesa quince libras…
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Imagen: https://rebelion.org/la-tristeza-de-cecilio/
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