[Por: Anna Ortín | Cristianisme i Justicia]
En octubre el papa Francisco puso en marcha el itinerario sinodal para la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en octubre de 2023, con el tema «Para una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión». Se inicia así un proceso de dos años hacia una Iglesia sinodal, esto es, hacia un modelo comunitario de toma de decisiones eclesiales en el que «la autoridad doctrinal del papa y los obispos está en diálogo con el sensus fidelium, la voz viva del Pueblo de Dios» (Vademécum 1.3). Desde su establecimiento en 1965 mediante la carta apostólica Apostólica Sollicitudo de Pablo VI, el Sínodo de los Obispos se ha reunido dieciocho veces. Sin embargo, esta vez el Sínodo integra por primera vez una expansión significativa en consonancia con su mismo tema: su punto de partida no es Roma, sino los fieles de las diócesis de todas partes. El Sínodo se organiza en tres fases —diocesana, continental y universal—, de modo que los resultados de una consulta sinodal a todos los bautizados sean escuchados en la Santa Sede. Ahora bien, se nos dice que la finalidad no es necesariamente transformar estos resultados en un documento doctrinal, sino más bien «inspirar a las personas a soñar en la Iglesia que estamos llamados a ser, hacer florecer las esperanzas […], estimular la confianza, vendar las heridas, tejer relaciones nuevas y más profundas, aprender unos de otros, construir puentes, desvelar las mentes, calentar los corazones, envigorar nuestras manos para la misión común. Así pues, el objetivo de este Proceso Sinodal no es el de una serie de ejercicios que comienzan y terminan, sino un camino de crecimiento auténtico hacia la comunión y la misión que Dios llama a la Iglesia a vivir al tercero milenio» (Vademécum, 1.3)…
Descargue el artículo.
©2017 Amerindia - Todos los derechos reservados.